La historia de ZAO, una empresa familiar dedicada a la producción de yogur griego natural, es un relato de tenacidad y superación en la ciudad de Cali, Colombia. Jorge Luis Osorio Zamora, un colombiano que retornó al país después de vivir 13 años en Venezuela, es el fundador de esta iniciativa. Su regreso a Colombia en 2016, marcado por la incertidumbre y el desafío de empezar de cero, se convirtió en la semilla de lo que hoy es un próspero negocio.

Con un préstamo inicial de $500 mil pesos colombianos, Jorge y su familia alquilaron una vivienda y compraron una nevera, dando inicio a ZAO. Con esfuerzo y dedicación, transformaron este modesto comienzo en una empresa en crecimiento. Jorge, sin experiencia previa en ventas, empezó a vender los yogures puerta a puerta en su barrio, Ciudad del Campo, tras largas jornadas de trabajo en una ferretería.

Lo que comenzó como un pequeño emprendimiento familiar, con el tiempo se convirtió en un espacio de integración social significativo. ZAO no solo creció en términos de producción y ventas, sino que también se convirtió en un punto de encuentro para migrantes venezolanos y colombianos retornados. Estos individuos encontraron en ZAO una oportunidad para trabajar y establecerse en la ciudad.

La empresa, que inicialmente se enfocaba en un modelo de ventas puerta a puerta, tuvo que reinventarse durante la pandemia de 2020. Esta situación llevó a Jorge a buscar nuevas formas de mantener su negocio y garantizar el sustento de sus empleados. Encontró oportunidades en gimnasios y otros comercios, lo que permitió una expansión significativa de ZAO.

Hoy, ZAO se encuentra en más de 115 puntos de venta y produce 30 litros de yogur griego al día. La empresa no solo ha creado empleos para migrantes y retornados, sino que también ha establecido alianzas con productores locales de frutas. Ofreciendo una variedad de sabores y presentaciones, ZAO se ha posicionado como una marca reconocida en su segmento de mercado.

El sueño de Jorge va más allá de la expansión comercial. Su visión incluye la creación de programas y talleres para empoderar a diferentes grupos sociales, como madres cabeza de hogar y migrantes. Esta iniciativa busca no solo generar empleo, sino también fomentar la integración y el aprendizaje intercultural, contribuyendo así al tejido social de Cali.

Instituciones como la Cámara de Comercio, el proyecto Oportunidades sin Fronteras de Usaid y la Alcaldía de Cali han reconocido y apoyado el emprendimiento de Jorge. Su historia es un ejemplo de cómo la visión empresarial, combinada con un fuerte compromiso social, puede generar cambios significativos en la comunidad.

ZAO es más que un negocio de yogur griego; es un testimonio de perseverancia, integración y esperanza. En una ciudad conocida por su hospitalidad y oportunidades, ZAO se destaca como un ejemplo de cómo el espíritu

emprendedor puede trascender el ámbito comercial para convertirse en un catalizador de cambio social positivo.

La diversificación de productos es uno de los aspectos destacados de ZAO. La empresa ha ampliado su gama de sabores para satisfacer diferentes paladares, incluyendo opciones como fresa, piña, mora, frutos rojos, frutos tropicales, mango-fresa y guanábana. Además, ofrece distintas presentaciones, desde envases pequeños hasta presentaciones de un litro, demostrando una capacidad de adaptación y respuesta a las necesidades del mercado.

El camino de ZAO no ha estado exento de dificultades. La pandemia de COVID-19 fue un desafío particularmente significativo, que obligó a la empresa a reevaluar y adaptar su modelo de negocio. La decisión de Jorge de enfocarse en puntos de venta como gimnasios, en lugar de continuar exclusivamente con el modelo puerta a puerta, fue un cambio estratégico que no solo ayudó a la empresa a sobrevivir durante un periodo difícil, sino que también abrió nuevas oportunidades de crecimiento.

La importancia de ZAO trasciende el ámbito económico. Al emplear tanto a migrantes venezolanos como a colombianos retornados, la empresa no solo proporciona oportunidades laborales, sino que también facilita la integración cultural y social. Esta mezcla de empleados de diferentes orígenes contribuye a un ambiente de trabajo diverso y enriquecedor, donde se comparten experiencias y se aprende de distintas culturas.

El futuro de ZAO se proyecta prometedor. Jorge aspira a generar al menos 300 empleos, innovar con nuevos productos y desarrollar programas de empoderamiento. Estos objetivos no solo buscan fortalecer la empresa, sino también hacer una contribución significativa a la comunidad. La empresa se propone ser un modelo a seguir en términos de responsabilidad social empresarial.

ZAO representa un modelo inspirador de emprendimiento. No se limita a ser una historia de éxito comercial; es un relato de cómo el espíritu empresarial, combinado con un compromiso social genuino, puede tener un impacto transformador en una comunidad. En una ciudad que se caracteriza por su calidez y acogida, ZAO destaca como un ejemplo brillante de cómo la iniciativa personal puede convertirse en un motor de cambio y progreso social.