La corrupción, un fenómeno que socava las bases de las sociedades, ha encontrado en Venezuela un terreno fértil, según el último Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2023 publicado por Transparencia Internacional. Con una puntuación de apenas 13 sobre 100, Venezuela se posiciona como el país más corrupto del hemisferio, evidenciando un declive continuado desde 2017.

El informe destaca un contexto de impunidad generalizada en Venezuela, exacerbado por una total ausencia de independencia del Poder Judicial. Este entorno ha facilitado que prácticas como el pago de sobornos y la cooptación de jueces y fiscales se conviertan en mecanismos comunes para las redes delictivas. Algunos miembros del sistema judicial venezolano están incluso siendo investigados por la Corte Penal Internacional por su implicación en abusos y crímenes de lesa humanidad.

La situación en Venezuela es reflejo de un problema más amplio en la región. La falta de independencia y transparencia en los sistemas judiciales de América Latina facilita la corrupción y la influencia indebida por parte de élites políticas y económicas. Esto debilita la capacidad de los sistemas judiciales para aplicar la ley de manera eficaz e imparcial, un pilar fundamental para el funcionamiento de la democracia.

A nivel global, el IPC muestra mínimos avances en la lucha contra la corrupción en el sector público. Con un promedio mundial que se mantiene en 43 puntos por doce años consecutivos, más de dos tercios de los países evaluados obtienen puntuaciones inferiores a 50. Este estancamiento se relaciona directamente con la falta de justicia independiente, reforzando la impunidad y debilitando el estado de derecho.

En contraste, Europa Occidental se mantiene como la región con mejor desempeño en el IPC, a pesar de una ligera caída en su promedio. Países como Dinamarca, Finlandia y Noruega encabezan la lista de naciones percibidas como menos corruptas. En América, países como Canadá, Uruguay y Estados Unidos lideran el ranking, mientras que Nicaragua, Haití y Venezuela ocupan las posiciones más bajas.

Transparencia Internacional subraya la importancia de fortalecer sistemas judiciales independientes y transparentes. La organización insta a los gobiernos a proporcionar los recursos y la autonomía necesarios para combatir eficazmente la corrupción y establecer controles institucionales efectivos. Además, enfatiza la necesidad de adoptar leyes y procedimientos que protejan a las instituciones judiciales de actos corruptos.

La corrupción no solo perjudica a las economías, sino que agrava la injusticia social y afecta desproporcionadamente a los más vulnerables. La lucha contra la corrupción exige sistemas legales justos e inclusivos, donde las voces de las víctimas sean escuchadas y consideradas. La independencia judicial no es solo un ideal, sino una necesidad imperante para garantizar una sociedad más justa y equitativa.

Este análisis detallado del informe de Transparencia Internacional sobre Venezuela y su contexto global destaca la urgencia de abordar la corrupción con una visión integral, enfocándose en fortalecer la justicia y garantizar la transparencia en todos los niveles del gobierno y la sociedad.