En un contexto marcado por las tensiones internacionales y las sanciones unilaterales, la reunión en Londres entre la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Arsenio Domínguez Velasco, cobra una relevancia particular. Este encuentro no solo simboliza un puente diplomático sino también un grito de auxilio ante las consecuencias de las sanciones impuestas a la nación suramericana, especialmente en el ámbito marítimo.

La vicepresidenta Rodríguez no solo denunció las restricciones impuestas por Estados Unidos y ciertas naciones europeas sino también detalló las secuelas profundas de estas medidas en la economía y la sociedad venezolana. Con 39 buques de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y 30 de comercio internacional sancionados, Venezuela se sitúa como el cuarto país a nivel mundial en cuanto a número de embarcaciones sancionadas. Estas sanciones, según Rodríguez, no son solo cifras en un papel sino representan un verdadero genocidio económico, con un impacto devastador en sectores críticos como la salud y la educación.

Durante el periodo comprendido entre 2015 y 2022, Venezuela experimentó una caída casi catastrófica en su producción petrolera, perdiendo cerca de 4.000 millones de barriles, lo que se traduce en pérdidas económicas que ascienden a los 323.000 millones de dólares. Pero más allá de las cifras, Rodríguez enfatizó en el daño humano detrás de estos números, destacando las medidas adoptadas por el gobierno de Nicolás Maduro para mitigar el impacto en la población, a pesar de las más de 900 medidas restrictivas unilaterales.

El encuentro también sirvió para evaluar la situación del transporte marítimo internacional en el contexto actual, marcado por desafíos como la reactivación post-pandemia de la Covid-19 y la emergencia climática. Rodríguez destacó cómo fenómenos como El Niño y la disminución de las precipitaciones han reducido el tráfico a través del Canal de Panamá en un 30%, afectando significativamente el comercio internacional. Además, se abordó la problemática ambiental asociada a la actividad extractiva de hidrocarburos en áreas sensibles como la zona marítima por delimitar en la Guayana Esequiba.

La presencia de Arsenio Domínguez Velasco, panameño y arquitecto naval de profesión, al frente de la OMI desde el 1 de enero de este año, añade un elemento de esperanza y cooperación a la reunión. Su mandato, que se extenderá hasta finales de 2027, sugiere un periodo de oportunidades y desafíos en el que la colaboración internacional y el entendimiento mutuo serán claves para superar las adversidades actuales.

este encuentro entre Delcy Rodríguez y Arsenio Domínguez Velasco no solo pone de manifiesto las difíciles circunstancias que enfrenta Venezuela en el escenario marítimo internacional sino también resalta la importancia del diálogo y la cooperación internacional para encontrar soluciones sostenibles y justas a conflictos que, en última instancia, afectan a la población y al entorno global.