El 27 de enero se conmemora un hito en las relaciones entre Perú y Chile: el aniversario de la resolución de su disputa marítima. Esta fecha es un recordatorio de cómo ambos países, guiados por los principios del derecho internacional, lograron una solución pacífica a un conflicto que se prolongó por décadas.

Después de la Guerra del Pacífico, que concluyó hace más de un siglo, Perú y Chile firmaron el Tratado de Lima en 1929, definiendo su frontera terrestre. Sin embargo, la delimitación marítima permaneció como un tema pendiente, especialmente para Perú. En la década de 1980, el gobierno peruano propuso abordar formalmente esta cuestión, pero Chile consideraba que no había temas pendientes en este aspecto.

El 16 de enero de 2008, Perú llevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), nombrando al embajador Allan Wagner como su representante. Los argumentos de ambos países se presentaron en diciembre de 2012. Mientras Perú abogaba por una línea equidistante, basándose en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, Chile insistía en que la delimitación ya estaba establecida a lo largo del paralelo geográfico.

El 27 de enero de 2014, la CIJ emitió su fallo, reconociendo la ausencia de un límite marítimo previo y estableciendo una nueva delimitación que favorecía en gran medida a Perú. De los 38,000 kilómetros cuadrados en disputa, Perú obtuvo aproximadamente 21,000 kilómetros cuadrados. El presidente peruano de la época, Ollanta Humala, destacó el fallo como una victoria de la paz y el derecho internacional. Por otro lado, el presidente chileno Sebastián Piñera expresó su desacuerdo, señalando la pérdida de derechos económicos sobre una zona considerable.

Allan Wagner, agente peruano en la CIJ, enfatizó que el fallo tenía efecto inmediato, creando obligaciones y derechos exigibles para ambas partes. A pesar de algunos temores iniciales sobre el posible deterioro de las relaciones bilaterales, Perú y Chile mostraron madurez diplomática al aplicar coordinadamente lo establecido por el tribunal internacional.

La resolución de la controversia marítima entre Perú y Chile es un claro ejemplo de cómo los desacuerdos internacionales pueden resolverse de manera pacífica y justa a través del derecho internacional. Este caso no solo puso fin a una disputa histórica, sino que también fortaleció las relaciones bilaterales y estableció un precedente positivo para la solución de futuros conflictos regionales.

La conmemoración anual de este acontecimiento sirve como un recordatorio de la importancia del diálogo, la diplomacia y el respeto mutuo en las relaciones internacionales, así como de la efectividad de los mecanismos jurídicos internacionales para resolver disputas de manera pacífica y equitativa.