La tecnología y la sexualidad han estado intrínsecamente entrelazadas a lo largo de la historia, y este fenómeno ha sido notablemente evidente en la reciente feria de tecnología CES en Las Vegas. Más allá de las innovaciones en televisores y robots, los juguetes sexuales han desempeñado un papel silencioso pero significativo en el evento. Su presencia subraya una verdad fundamental: el sexo no solo vende, sino que también es un potente catalizador de innovación tecnológica.

Entre las novedades, destacó el vibrador ¡Oh! de la compañía noruega Ohdoki. Este dispositivo se distingue por su capacidad para sincronizarse con diferentes medios a través del teléfono, vibrando al ritmo de películas o música. Myhixel presentó un "dispositivo médico" enfocado en mejorar el control del clímax, una frontera interesante entre la salud y el placer. Además, Svakom introdujo un dispositivo que se coordina con contenido de video, mostrando cómo la tecnología puede mejorar la experiencia sexual masculina.

Este fenómeno no es nuevo. Desde la invención de la imprenta en el siglo XV, el contenido erótico ha sido un motor de cambio tecnológico. Los libros eróticos ganaron popularidad rápidamente después de las biblias, y dos siglos después, las revistas pornográficas se convirtieron en un fenómeno. La pornografía también jugó un papel en la famosa guerra de formatos

 VHS vs. Betamax, influyendo potencialmente en la decisión a favor del VHS. 

Con la llegada de Internet, la industria para adultos fue una de las primeras en aprovechar la nueva plataforma, impulsando avances y adopción generalizada. Los grupos Usenet fueron precursores en la compartición de contenido adulto, seguidos por la proliferación de sitios web dedicados en la década de 1990. Esta tendencia se extendió a la realidad virtual, con la industria para adultos adaptándose rápidamente a tecnologías como Oculus Rift para crear experiencias inmersivas.

Esta simbiosis entre sexo y tecnología es crucial por varias razones:

1. Innovación: El deseo y la curiosidad humanos son catalizadores potentes para la innovación tecnológica. Los productos sexuales a menudo impulsan el desarrollo de nuevas tecnologías, desde materiales hasta software.

2. Normalización y Conversación: La inclusión de juguetes sexuales en eventos tecnológicos mainstream como CES ayuda a normalizar y abrir diálogos sobre la sexualidad y sus necesidades asociadas.

3. Salud y Bienestar: Muchos de estos dispositivos no solo buscan placer, sino también promover la salud sexual y el bienestar, como lo demuestra el enfoque en dispositivos que ayudan en el control del clímax.

4. Adopción Tecnológica: La industria del sexo a menudo lidera en la adopción de nuevas tecnologías, desde la impresión hasta la realidad virtual, mostrando el camino para otras industrias.

La relación entre sexo y tecnología es más que una curiosidad; es un motor de cambio constante y progreso. A medida que la tecnología evoluciona, también lo hace la forma en que interactuamos con nuestra sexualidad. Eventos como CES son un recordatorio de que el placer y la tecnología están profundamente conectados, impulsando ambos hacia nuevas fronteras. Con cada avance tecnológico, se abre un nuevo capítulo en cómo entendemos, experimentamos y disfrutamos de nuestra sexualidad. La tecnología cachonda no es solo una faceta de la innovación, es un testimonio de la naturaleza humana y su búsqueda incansable de exploración y satisfacción.