El sismo se localizó en la región de Pasco, con una magnitud de 4.1. La profundidad registrada fue de 136 km, situándose el epicentro a 21 km al norte de Cerro de Pasco. Este evento ocurrió específicamente a las 21:04:41 (hora local) del 24 de febrero de 2024. A pesar de su magnitud moderada, el sismo es un recordatorio de la dinámica tectónica que caracteriza a Perú, un país situado en una zona de alta actividad sísmica debido a su posición sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico.

La actividad tectónica en Perú es un tema de constante vigilancia por parte del Instituto Geofísico del Perú. La monitorización de estos fenómenos no solo ayuda a comprender mejor la dinámica de la tierra sino también a preparar y responder adecuadamente ante futuros sismos. La información proporcionada por el IGP es crucial para la planificación urbana, la construcción de infraestructuras resistentes a sismos y la implementación de programas de educación y preparación para la población.

La reacción de la sociedad ante estos eventos es variada, oscilando entre la preocupación y la búsqueda de información confiable. Es fundamental que la población esté informada sobre cómo actuar antes, durante y después de un sismo. Programas de capacitación, simulacros y la construcción de edificaciones que cumplan con normativas antisísmicas son esenciales para mitigar los efectos de estos fenómenos naturales.

El sismo en Pasco sirve como un recordatorio de la importancia de estar preparados y bien informados. Las autoridades y los ciudadanos deben trabajar juntos para fortalecer las medidas de prevención y respuesta ante sismos. La educación sobre la seguridad sísmica debe ser continua y accesible para todos, asegurando que las comunidades estén equipadas para enfrentar estos desafíos con resiliencia.

Perú, al ser un país propenso a la actividad sísmica, debe continuar su enfoque proactivo en la gestión del riesgo de desastres. La inversión en tecnología de monitoreo, la mejora de los códigos de construcción y la educación pública son pilares fundamentales para salvaguardar a la población y reducir los daños materiales. La cooperación entre el gobierno, instituciones científicas y la comunidad es esencial para navegar por este aspecto inherente de la geografía peruana.

La información precisa y oportuna, como la proporcionada por el IGP, es invaluable no solo para científicos y planificadores urbanos sino también para el público en general. Entender la naturaleza y las implicaciones de los sismos es el primer paso hacia una sociedad más segura y preparada.