En Colombia, la actividad sísmica es un fenómeno natural con el que sus habitantes conviven debido a su posición geográfica en la región noroccidental de América del Sur. Esta ubicación, en la confluencia de varias placas tectónicas como la del Pacífico, la Sudamericana, de Nazca y Caribe, no solo enriquece su biodiversidad y terruño, sino que también expone al país a frecuentes movimientos sísmicos.

El Servicio Geológico Colombiano (SGC), la entidad encargada de monitorear y reportar la actividad sísmica en el país, ha registrado varios sismos de baja y moderada intensidad en el último día. El más reciente tuvo lugar en Uribe – Meta, con una magnitud de 2.9 en la escala de Richter, seguido de otros en Cimitarra – Santander y Los Santos – Santander, con magnitudes de 2.0 y 2.6, respectivamente. Estos eventos subrayan la importancia de estar informados y preparados ante la posibilidad de futuros sismos.

El SGC juega un papel crucial en la sociedad colombiana, generando y proporcionando información vital sobre los recursos geológicos y geociencias del país. Su labor en la evaluación de riesgos geológicos y la gestión sostenible de recursos naturales es esencial para la toma de decisiones en diversas áreas, incluyendo la gestión del riesgo natural y la planificación territorial.

Un sismo, o temblor, es una liberación súbita de energía en la corteza terrestre, que genera ondas sísmicas. Esta liberación de energía puede ser causada por la fractura de rocas debido a la acumulación de tensión o por actividades humanas como la extracción de minerales o la inyección de fluidos en el subsuelo.

La magnitud de un sismo se mide en escalas como la de Richter o la de magnitud de momento, que cuantifican la energía liberada. La intensidad, por otro lado, se evalúa con la escala de Mercalli, enfocándose en los efectos observados en la superficie y el impacto en estructuras y seres humanos.

Estos términos se diferencian principalmente en la magnitud e intensidad del evento. Mientras que "sismo" es un término general, "temblor" se refiere a sismos de menor magnitud, y "terremoto" a aquellos de mayor magnitud con efectos más significativos.

La preparación es clave para mitigar los efectos de un sismo. Esto incluye tener un plan de evacuación, kits de emergencia con suministros básicos y educación sobre cómo actuar antes, durante y después de un sismo para todos los miembros de la familia.

La imposibilidad de predecir sismos con precisión hace esencial la preparación. Los especialistas enfatizan la necesidad de estar informados, tener planes de emergencia claros y educar a la población sobre cómo actuar en caso de sismo. Esta preparación ayuda a reducir los riesgos y proteger vidas en caso de un evento telúrico.

La actividad sísmica en Colombia es un recordatorio constante de la importancia de estar informados y preparados. A través del seguimiento de entidades como el SGC y la adopción de medidas de preparación adecuadas, los colombianos pueden enfrentar estos fenómenos naturales con mayor seguridad y resiliencia. Mantenerse alerta, informado y preparado es esencial para mitigar los efectos de los sismos y proteger a nuestras comunidades.