El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de México ha entrado nuevamente en un "estado operativo de emergencia", una situación que, aunque suena preocupante, es más común de lo que parece, especialmente durante períodos de alto consumo eléctrico. Esta medida se activa cuando el margen de reserva operativa cae por debajo del 3%. Es una especie de alerta que el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) emite para mantener la estabilidad y eficiencia del sistema eléctrico.

En estos casos, Cenace puede tomar varias medidas, como desconectar a ciertos usuarios de la red para mantener el equilibrio entre la oferta y la demanda de energía. Sin embargo, es crucial entender que servicios esenciales como telecomunicaciones, hospitales, aeropuertos, cárceles y oficinas gubernamentales no se ven afectados por estas desconexiones. A pesar de la gravedad de la situación, aún no se han detallado las acciones específicas que se tomarán.

Comparando con el pasado, la última emergencia significativa en el sistema eléctrico mexicano ocurrió en junio del año anterior, debido a altas temperaturas que incrementaron la demanda de energía a un récord de 52,993 megawatts. Este aumento llevó a cortes de energía en varias regiones de México, incluyendo estados como Michoacán y Nuevo León. A pesar de estos desafíos, Cenace aseguró que no había riesgo para la estabilidad del sistema eléctrico y que estaba preparado para satisfacer las necesidades de los 47 millones de usuarios en México.

Esta situación resalta la importancia de un sistema eléctrico robusto y adaptable, especialmente frente a los desafíos impuestos por el cambio climático y el crecimiento de la demanda energética. Es un recordatorio de que, aunque estas emergencias son manejables, también son señales de que se deben buscar soluciones a largo plazo para garantizar un suministro eléctrico constante y seguro para todos.