En las profundidades de los archivos históricos de México, se esconden tesoros inauditos que resuenan con el alma de la nación. No son monedas de oro ni joyas centenarias, sino melodías y ritmos que han estado en silencio durante siglos. Gracias al proyecto innovador "El pasado que suena y resuena", dirigido por el Seminario de Música de la Nueva España y el México Independiente (Musicat) en la prestigiosa Ciudad Universitaria, y con el apoyo esencial de la Fundación Cultural Grammy Latin, se ha logrado desenterrar y revitalizar una parte significativa de este legado cultural.

Imagínese descubrir una cápsula del tiempo musical, donde cada nota revela una historia, cada melodía transporta a una era diferente. Eso es lo que Lucero Enríquez Rubio, una voz líder del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, y su equipo han logrado. Inicialmente, el objetivo era modesto: rescatar 10 obras musicales y encapsularlas en tres videos de seis minutos. Sin embargo, el resultado fue un micrositio revolucionario, una verdadera sonoteca, que no solo alberga pistas originales de géneros tan diversos como el alabado, la canción cardenche, el credo, cuadrillas, el oficio de difuntos, el salmo y el vals, sino que también invita a una experiencia sensorial y educativa incomparable.

Esta sonoteca no es solo una colección de grabaciones. Es un viaje melódico a través del tiempo y el espacio, donde cada video es una invitación a reflexionar sobre las raíces geográficas e históricas de México, conservando y difundiendo su rica tradición musical. Lucero Enríquez, con su profundo conocimiento de la música del período barroco, ha asegurado que cada pieza en la sonoteca no solo se pueda escuchar sino también se comprenda y se aprecie en su contexto. Cada obra viene con una ficha detallada, revelando su título, autor, año, intérpretes, fuentes y producción. Además, la plataforma ofrece enlaces a proyectos relacionados de Musicat, como catálogos de música, bases de datos de actas de cabildo y otros ramos, libros de coro, y los valiosos manuscritos y partituras originales.

El proyecto no se detiene aquí. Se planea completar los volúmenes restantes en dos años, abarcando desde la música de misas, vocal, canciones devocionales, ópera hasta música instrumental. Esto demuestra un compromiso no solo con la preservación del patrimonio musical de México sino también con su comprensión y apreciación en los años venideros.

Lucero Enríquez Rubio, reflejando sobre este monumental esfuerzo, resumió el sentimiento del proyecto: "Quisimos dar a conocer, y hacer conciencia, que nuestro pasado está presente en la vida cotidiana". A través de la ciencia, la dedicación y una pasión por la música, "El pasado que suena y resuena" no solo rescata notas del olvido sino que también reafirma la rica y vibrante identidad cultural de México. Estas melodías, una vez perdidas en el tiempo, ahora resuenan no solo en los oídos de los entusiastas de la música sino en el corazón de una nación, recordando a todos que la historia de México se cuenta no solo en palabras, sino en la música que ahora, gracias a este esfuerzo, todos podemos escuchar y celebrar.