La recuperación de la memoria histórica de Catarino Erasmo Garza Rodríguez por parte del gobierno mexicano ha generado controversia, especialmente considerando la problemática actual de personas desaparecidas en México. Esta misión histórica se realiza en un contexto donde miles de familias aún buscan a sus seres queridos desaparecidos.

En un movimiento sin precedentes, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha ampliado el alcance de las responsabilidades del Ejército y la Marina Armada de México, asignándoles tareas que van desde la construcción de infraestructuras hasta el desempeño de funciones de seguridad pública. Sin embargo, una de las iniciativas más sorprendentes ha sido la búsqueda de los restos de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un periodista y militar que intentó derrocar al gobierno de Porfirio Díaz hace más de un siglo. La misión, que ha llevado a una delegación mexicana a Panamá, busca rendir "justicia histórica" a Garza Rodríguez, cuya vida terminó en el exilio tras su participación en la guerra civil panameña.

Aunque la figura de Catarino Erasmo es destacada en la historia mexicana, la decisión del presidente López Obrador de enfocar recursos en la recuperación de sus restos ha suscitado debate. En un país donde las cifras de personas desaparecidas siguen en aumento, con más de 103,833 casos reportados hasta 2022, la priorización de esta misión histórica frente a la búsqueda de desaparecidos contemporáneos ha sido cuestionada por diversos colectivos y ciudadanos. La percepción de una posible desatención a las necesidades actuales de justicia y búsqueda por parte del gobierno ha intensificado el debate público.

Los colectivos de búsqueda de desaparecidos, que a menudo trabajan con recursos limitados y sin apoyo gubernamental suficiente, han expresado su frustración ante esta iniciativa. Argumentan que el esfuerzo y los recursos destinados a la misión en Panamá podrían haber tenido un impacto significativo si se hubieran aplicado a la búsqueda de los miles de desaparecidos en México. Las madres y familias de los desaparecidos, en particular, ven en esta acción una falta de empatía y compromiso con las tragedias que enfrentan día a día.

La misión a Panamá plantea preguntas fundamentales sobre el equilibrio entre la recuperación de la memoria histórica y la atención a las crisis humanitarias contemporáneas. Mientras que la búsqueda de justicia para figuras históricas como Catarino Erasmo Garza Rodríguez es indudablemente valiosa, la urgencia de responder a las necesidades de las familias de los desaparecidos actuales plantea un dilema moral y político. La crítica principal recae en la percepción de que el gobierno podría estar desviando la atención y los recursos de problemas críticos y actuales que requieren acción inmediata.

El caso de Catarino Erasmo Garza Rodríguez ilustra la complejidad de abordar simultáneamente el respeto por la historia y la responsabilidad ante las problemáticas sociales actuales. La misión en Panamá, aunque inspirada por un deseo de hacer justicia a una figura histórica importante, subraya la necesidad de que el gobierno mexicano equilibre sus iniciativas para no descuidar las urgencias contemporáneas, especialmente la búsqueda de los desaparecidos. En un momento donde la sociedad mexicana clama por acciones concretas y apoyo en la resolución de las crisis de desapariciones, la respuesta gubernamental a estas demandas será crucial para definir su legado y responder a las expectativas de justicia y seguridad de sus ciudadanos.