Brasil ha marcado un sombrío récord en 2023, registrando más de 1.100 desastres naturales, un promedio de más de tres por día, lo que representa un aumento sin precedentes desde que se comenzaron los registros en 2011. Según el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden), esta cifra alarmante incluye principalmente inundaciones y deslizamientos de tierra, eventos que han causado estragos en la población y la infraestructura del país.

El impacto humano y económico de estos desastres es desgarrador: al menos 132 personas han perdido la vida, más de 9,000 han resultado heridas, y más de 74,000 han sido desplazadas de sus hogares. Los daños materiales han sido estimados en más de 5,000 millones de reales (aproximadamente 1,000 millones de dólares), lo que subraya la magnitud de la crisis.

Expertos, como Francisco Eliseu Aquino, climatólogo de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, atribuyen directamente estos desastres al cambio climático, que ha aumentado la frecuencia y la intensidad de los eventos extremos. El año 2023 ha sido particularmente excepcional en términos de temperaturas récord, sequías y precipitaciones extremas que han llevado a inundaciones devastadoras. Por ejemplo, un ciclón en el sur del país cobró la vida de más de 50 personas en septiembre, mientras que deslizamientos de tierra en el litoral de Sao Paulo causaron cerca de 60 muertes en febrero.

Regina Alvala, directora de Cemaden, señaló que 2023 fue un año atípico en términos climáticos, marcado por una rápida transición de La Niña a El Niño, fenómenos opuestos que han contribuido a patrones de precipitación anormales en el país. Además, el calentamiento del océano ha llevado a precipitaciones más intensas y concentradas, exacerbando la situación.

El año 2023 no solo fue testigo de desastres naturales en Brasil sino que también fue catalogado como el año más cálido de la historia, con temperaturas cercanas al límite de 1.5°C de calentamiento global establecido por el Acuerdo de París. Inundaciones en Rio de Janeiro a principios de año, que resultaron en la muerte de al menos 12 personas, son un ejemplo más de los desafíos que enfrenta Brasil y el mundo ante el cambio climático.

Los eventos de 2023 en Brasil son un recordatorio claro de la urgencia de abordar la crisis climática. Mientras la nación y el mundo luchan por adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, es imperativo tomar acciones decisivas para proteger a las poblaciones vulnerables y salvaguardar el futuro del planeta. El año 2023, con sus desafíos y tragedias, subraya la necesidad de una acción global coordinada y comprometida frente a la emergencia climática.