El año 2023 quedará registrado en la historia económica del Perú como uno de los periodos más desafiantes desde 1990, marcado por una contracción generalizada en varios de sus sectores clave. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el Producto Bruto Interno (PBI) peruano experimentó una disminución del 0.55%, con seis sectores principales mostrando una producción negativa. Esto incluyó retrocesos significativos en áreas como Agropecuario (-2.91%), Pesca (-19.75%), Manufactura (-6.65%), Construcción (-7.86%), Telecomunicaciones y Otros Servicios de Información (-5.80%), y el sector Financiero y Seguros (-7.85%).

El sector de la pesca fue el que sufrió el golpe más duro, con una caída estrepitosa de 19.75% a lo largo del año, exacerbada por una disminución del 51.34% solo en diciembre. Esta drástica reducción se atribuye principalmente a la menor extracción de especies destinadas al consumo humano indirecto, afectada por el impacto de fenómenos climáticos adversos como El Niño. La disminución en el tonelaje capturado de anchoveta en diciembre, comparado con el año anterior, refleja la severidad de esta contracción, lo que a su vez impactó negativamente en la manufactura primaria, cuya producción disminuyó en 2.77%.

La manufactura no primaria, aquella de mayor valor agregado, registró una contracción de 8.05% durante el mismo periodo, influenciada por la caída en la producción de bienes de consumo y bienes intermedios. Esta situación pone de relieve los desafíos enfrentados por sectores industriales clave, que van desde la fabricación de prendas de vestir hasta la producción de cemento y productos de plástico.

Por otro lado, el sector construcción experimentó la segunda mayor caída del año con un 7.86%, reflejando una disminución en el consumo interno de cemento y una desaceleración en las actividades de construcción, tanto privadas como de autoconstrucción. A pesar de algunos avances en la inversión a nivel gubernamental, los desastres naturales y los conflictos sociales contribuyeron a la contracción del sector.

El sector agropecuario no fue la excepción, con una caída del 2.91%. La actividad agrícola fue especialmente golpeada, experimentando su peor desempeño desde 1992. Sin embargo, hacia fines de año se observó una mejora, con un crecimiento del 0.77% en diciembre gracias a la producción de varios cultivos. A pesar de esta recuperación tardía, la actividad pecuaria continuó su tendencia a la baja.

En contraste con estas caídas, el sector minero y de hidrocarburos se erigió como el bastión de crecimiento para la economía peruana, con un aumento del 8.21%. Este crecimiento fue impulsado por la consolidación de operaciones en proyectos mineros clave y un aumento en el volumen de mineral procesado, lo que subraya la importancia de la minería como motor económico del país.

El 2023 fue un año de retos significativos para la economía peruana, con importantes contracciones en sectores claves. Sin embargo, el crecimiento en minería y ciertas mejoras hacia el final del año sugieren caminos hacia la recuperación. Este análisis detallado no solo refleja los desafíos enfrentados por el Perú, sino también la resiliencia y la capacidad de algunos sectores para adaptarse y superar adversidades. La economía peruana, por tanto, se encuentra en un punto crucial, buscando equilibrar entre los sectores en contracción y aquellos en expansión, para forjar un camino hacia la recuperación y el crecimiento sostenible.