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A medida que nos adentramos en 2024, el clima económico global ha mostrado signos de desaceleración, con un crecimiento mundial del 3 % en 2023, una disminución desde el 3.5 % de 2022. Este cambio se atribuye principalmente a la ralentización del consumo en las economías avanzadas, impulsada por los altos precios y una política monetaria más estricta, así como a una expansión más moderada del comercio mundial. Las economías avanzadas registraron un aumento del PIB del 1.5 %, mientras que las economías emergentes y en desarrollo mantuvieron un crecimiento constante del 4 %, estimulado en gran medida por países como China y la India.

En este contexto global, la República Dominicana se perfila con optimismo. Según pronósticos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), se espera que el país retome su trayectoria de crecimiento, anticipando una expansión del PIB real de entre 4.50 % y 5.00 % en 2024. Los expertos, incluido el jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), ven con buenos ojos el futuro económico de la nación. El informe del FMI proyecta un crecimiento del 5.2 % para el próximo año, respaldado por una política monetaria prudente y una inversión significativa en infraestructura pública. Además, el robusto sistema financiero dominicano y las proyecciones fiscales responsables contribuyen a un panorama alentador. Se espera que la inversión extranjera directa desempeñe un papel crucial, con flujos previstos que superan los US$4,000 millones en 2023 y se acercan a los US$4,500 millones en 2024.

Henri V. Herbrad, uno de los expertos consultados, sugiere que es posible incluso superar estas expectativas, alcanzando un crecimiento de hasta el 5.5 %. La inflación, aunque influenciada por factores externos como las tensiones geopolíticas y los fenómenos climáticos, se espera que se mantenga por debajo del 4 %. En cuanto al tipo de cambio, aunque el presupuesto de 2024 proyecta una tasa promedio de RD$60.25 por dólar, se anticipa que la cifra real rondará los RD$59.00, lo que implicaría una devaluación promedio del 7 %.

A pesar de las perspectivas favorables, no se deben ignorar los desafíos potenciales. Uno de los principales retos es el impacto de la crisis en Haití, que ha afectado negativamente las exportaciones dominicanas y ha intensificado la presión migratoria.

Andrés Dauhajre, presidente y director ejecutivo de la Fundación Economía y Desarrollo, también comparte una visión optimista pero cautelosa para 2024. Señala que, tras el modesto crecimiento de 2023, la economía dominicana podría experimentar un aumento cercano al 5 %, impulsado por factores como las bajas tasas de la Reserva Federal de EE.UU. y la recuperación global. No obstante, advierte sobre riesgos significativos, como la situación en la frontera con Haití y el elevado nivel de deuda pública del país. Dauhajre enfatiza la necesidad de reformas estructurales para fortalecer la economía dominicana, tales como la modernización del sistema tributario y la mejora del sistema educativo y del sector energético.

En suma, aunque el horizonte económico para República Dominicana en 2024 se presenta prometedor, es crucial que el gobierno aborde de manera proactiva los riesgos y desafíos para asegurar un crecimiento sostenible. Con una gestión adecuada y políticas acertadas, la nación está en camino de experimentar un año de avances significativos y fortalecimiento económico.

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