En un contexto de creciente tensión y violencia en Medio Oriente, México ha tomado una postura cautelosa y neutral, enfocando su política exterior en la promoción de la paz y el diálogo. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, reafirmó esta postura durante su conferencia matutina, enfatizando que su gobierno "no toma partido ni por Israel ni por Palestina", a pesar de la remisión enviada a la Corte Penal Internacional (CPI) para que investigue la probable comisión de crímenes en la región de Gaza.

López Obrador expresó su deseo de mantener una postura imparcial, centrándose en la búsqueda de la paz y evitando la polarización en un conflicto que ha cobrado miles de vidas. Esta declaración resuena con el sentimiento global de preocupación por la escalada de violencia, especialmente contra objetivos civiles, y la necesidad de una solución pacífica y dialogada al conflicto.

La remisión enviada por México, en colaboración con Chile, a la CPI, ha generado reacciones mixtas. La Embajada de Israel en México expresó su pesar por el anuncio, mientras que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha mantenido una postura enfocada en la paz, sin señalar a ninguna parte como responsable de los crímenes. Esta acción difiere de iniciativas como la demanda por genocidio interpuesta por Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), sobre la cual el gobierno mexicano se ha limitado a comentar que está al tanto y realiza un seguimiento puntual.

El presidente mexicano enfatizó que el propósito de la remisión a la CPI es facilitar el diálogo y buscar una solución al "lamentable enfrentamiento" en Medio Oriente. Con más de 20.000 vidas perdidas, López Obrador destaca la importancia de abordar el conflicto con humanidad y sensibilidad, buscando un cese al fuego y evitando una condena unilateral a cualquiera de las partes.

En un gesto dirigido a la comunidad internacional, López Obrador instó al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar una reunión con un único propósito: establecer un cese al fuego que, aunque sea temporal, pueda aliviar la escalada de violencia y abrir el camino para negociaciones y diálogo.

El presidente mexicano ha enfrentado presiones de grupos de izquierda a favor de Palestina, que exigen una postura más contundente en el conflicto. Sin embargo, López Obrador ha mantenido su enfoque en la neutralidad y la promoción de la paz, resistiendo a tomar partido y buscando activamente soluciones que eviten más pérdidas humanas y contribuyan a la estabilidad en la región.

La situación en Medio Oriente continúa siendo un foco de atención internacional, y la postura de México, centrada en la imparcialidad y la promoción de la paz, refleja un compromiso con la resolución de conflictos a través del diálogo y el entendimiento mutuo, en lugar de la confrontación.