*Por: Redacción La Razón 2 | Ene 28, 2024 | Actualidad, Titulares*

Al conmemorarse una década del emblemático fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que resolvió a favor de Perú el litigio sobre límites marítimos con Chile, el ex canciller peruano Miguel Ángel Rodriguez Mackay rememora su participación en este acontecimiento histórico. En una entrevista con La Razón, afirmó que este fallo representó una "compensación histórica", contrastando la derrota militar del siglo XIX con la victoria jurídica en el siglo XXI en el máximo tribunal internacional.

El diferendo marítimo entre Perú y Chile, que se extendió por varias décadas, culminó con un fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya el 27 de enero de 2014. Este fallo, de carácter obligatorio, redefinió los límites marítimos entre ambos países, otorgando a Perú una considerable extensión de mar que hasta entonces era administrada por Chile.

La disputa se remonta a la época post-guerra del Pacífico en el siglo XIX, un conflicto bélico que enfrentó a Perú y Bolivia contra Chile. Años después, en 1986, durante el primer gobierno de Alan García, el embajador peruano Juan Miguel Bákula inició una serie de negociaciones con Chile para establecer límites marítimos claros, lo que finalmente llevó a la presentación de la demanda ante la CIJ en el segundo gobierno de Alan García, en 2008.

La estrategia legal de Perú fue fundamental para el resultado favorable. El equipo peruano, liderado por Allan Wagner, Manuel Rodríguez Cuadros y Luis Marchand, entre otros, se enfocó en presentar argumentos jurídicos sólidos. Este enfoque difería de la diplomacia tradicional, ya que no se buscaba negociar sino litigar basándose en derechos marítimos internacionales.

Un punto de inflexión en este proceso fue el descubrimiento de la firma de Perú en el Pacto de Bogotá, que facilitó llevar a Chile a la Corte de La Haya. A pesar de algunos desacuerdos internos, como la discusión sobre la inclusión del memorándum de Bákula en la demanda, la estrategia peruana se mantuvo firme y enfocada en su objetivo.

La decisión de la Corte Internacional de Justicia, que otorgó a Perú una zona de 21,928 km², anteriormente bajo administración chilena, marcó un hito en la historia de las relaciones entre ambos países. Este área, que representa más del 57% del espacio marítimo en disputa, pasó a ser parte de la zona económica exclusiva del Perú, dentro del Mar de Grau.

La importancia de este fallo va más allá de la mera extensión territorial ganada; simboliza una victoria jurídica significativa para Perú, compensando en cierto modo las derrotas pasadas en el ámbito militar. Este resultado también demuestra la eficacia del sistema judicial internacional en la resolución de disputas entre naciones y refuerza el principio de legalidad en las relaciones internacionales.

Una década después de este histórico fallo, es crucial reflexionar sobre su impacto en la geopolítica regional y las relaciones entre Perú y Chile. Este caso se convierte en un referente para la solución pacífica de controversias internacionales, demostrando que el diálogo y el respeto al derecho internacional son herramientas poderosas para resolver conflictos entre naciones.

En definitiva, la victoria de Perú en La Haya no solo redefine los límites marítimos entre dos naciones hermanas, sino que también establece un precedente importante para la diplomacia y el derecho internacional en América Latina y el mundo.