Mujeres en la ciencia

Mujeres en la ciencia


[La importancia de la educación en el empoderamiento de las mujeres y niñas en la ciencia]

El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado el 11 de febrero, no es solo una fecha para conmemorar sino también un recordatorio de la importancia crucial que tiene la educación en el camino hacia la igualdad de género en los campos científicos. A pesar de los avances significativos hacia la igualdad, aún existen desafíos importantes que superar para garantizar una representación equitativa de las mujeres en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

En México, la participación de las mujeres en las carreras de STEM es notablemente baja, con solo el 38% de las mujeres en formación profesional eligiendo estas áreas de estudio. Esta cifra contrasta con la paridad de género observada en la matrícula general de la UNAM, donde hombres y mujeres se reparten por igual, pero se desploma al 19% en disciplinas como matemáticas e ingeniería. Este desequilibrio no solo se refleja en la academia sino también en los ámbitos de la investigación y los cargos académicos, donde la presencia femenina sigue siendo minoritaria. A pesar de esto, la Academia Mexicana de Ciencias muestra un avance significativo al ser liderada por una mujer, la Doctora Teresita Corona Vázquez, por primera vez en su historia de más de 150 años.

La contribución de las mujeres mexicanas a la ciencia ha sido indiscutible. Científicas destacadas como Julieta Fierro, Helia Bravo, Esperanza Martínez Romero, Julia Tagüeña y Laura Adriana Oropeza, entre otras, han no solo avanzado en sus respectivos campos sino también abierto caminos para futuras generaciones de mujeres en la ciencia. Estas pioneras han demostrado que el talento femenino es esencial para el progreso científico y la innovación.

Sin embargo, la raíz del desequilibrio de género en STEM se encuentra en la educación desde una edad temprana. Históricamente, las niñas fueron alentadas a priorizar el cuidado del hogar sobre la educación formal, limitando su acceso a carreras profesionales y, por ende, a la ciencia. Los ejemplos de las primeras profesionistas en México, como Margarita Chorné, Matilde Montoya y María Sandoval de Zarco, resaltan la importancia del apoyo familiar y la perseverancia para superar las barreras socioculturales y acceder a la educación superior.

La educación es el sustrato sobre el cual se construye la creatividad y la innovación necesarias para avanzar en la ciencia. Fortalecer la educación de las niñas no solo es fundamental para aumentar su participación en las carreras de STEM sino también para asegurar que la ciencia y la tecnología se beneficien de la diversidad de perspectivas. La igualdad de género en la ciencia no es solo una cuestión de justicia social sino también un requisito para el desarrollo sostenible y el progreso de la humanidad.

el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia es un llamado a la acción para todos los sectores de la sociedad: educadores, políticos, familias y la comunidad científica en su conjunto. Es imprescindible trabajar unidos para eliminar las barreras que enfrentan las mujeres y niñas en STEM y promover una educación inclusiva que permita a cada individuo alcanzar su máximo potencial. Solo así podremos asegurar un futuro donde la igualdad de género en la ciencia sea una realidad y no solo un ideal.



Fecha de publicación: 2024-02-17 16:56:57

Categoría: Ciencia