En un revelador informe presentado en Madrid, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) junto con el medio digital "elTOQUE" y el apoyo de la Fundación Colectivo Más Voces, arrojan luz sobre una preocupante situación en Cuba. Según este estudio, entre los años 2018 y 2023, al menos 95 personas perdieron la vida debido a acciones violentas perpetradas por la policía y otros agentes estatales en la isla. Además, se registraron 287 incidentes de ataques no mortales, lo que pinta un sombrío panorama de abusos que van desde el uso excesivo de la fuerza hasta violaciones de derechos humanos.

Los casos documentados abarcan un amplio espectro de violencia, incluyendo abuso sexual, detenciones violentas o arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, negación de atención médica, muertes bajo custodia, uso de armas de fuego y fuerza excesiva. Esta situación no solo revela un profundo problema de abuso de poder, sino también un desprecio por la vida y la dignidad humanas.

De las 382 víctimas identificadas, 274 sufrieron violencia con motivación política. Esto subraya la prevalencia de tales actos dentro del sistema penitenciario y durante protestas, como las ocurridas en julio de 2021. Estos eventos demuestran cómo la disidencia y el descontento son reprimidos brutalmente, evidenciando una clara violación de la libertad de expresión y el derecho a protestar.

El informe anticipa que el año 2024 podría ser aún más desafiante para los cubanos, con menos justicia social, más pobreza, desamparo y hambre. Esta previsión destaca la urgencia de abordar estas cuestiones de forma efectiva para evitar una mayor erosión de las libertades fundamentales en la isla.

El OCDH y elTOQUE buscan con este informe despertar la conciencia internacional sobre las "injusticias cotidianas" que el gobierno cubano intenta ocultar. A través de denuncias individuales, la colaboración de activistas y organizaciones de derechos humanos, se ha podido compilar una base de datos que no solo documenta los abusos, sino que también busca movilizar a la comunidad internacional para actuar frente a estos hechos.

Esta exhaustiva documentación sobre la violencia policial en Cuba sirve como un recordatorio crítico de la necesidad de vigilancia y acción internacionales. Frente a la evidencia de abusos sistemáticos, la comunidad global debe tomar una postura firme en defensa de los derechos humanos y presionar por cambios significativos en la isla para asegurar que la justicia prevalezca y que tales atrocidades no queden impunes.

Este informe no solo arroja luz sobre una realidad dolorosa y a menudo ignorada, sino que también subraya la importancia de mantenernos informados y comprometidos con la lucha por un mundo más justo. La situación en Cuba es un llamado a la acción, no solo para los cubanos, sino para todos aquellos comprometidos con la dignidad humana y la libertad.