El comienzo de 2024 trae consigo un panorama económico variado a nivel mundial. Mientras Estados Unidos sigue fortaleciéndose como potencia económica, Europa enfrenta desafíos notables. En este contexto, España emerge como un faro de optimismo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha revisado al alza las expectativas de crecimiento de España para este año, situándolas en un 1,5%. Esta cifra supera las previsiones de otros países de la eurozona, mostrando la fortaleza relativa de la economía española en un entorno europeo más complicado.

El 2024 se perfila como un año de crecimiento más moderado para España, con un pronóstico de crecimiento del 1,5% por parte de la OCDE, una décima más de lo previsto inicialmente. Este dato, aunque menor al 2,5% de crecimiento experimentado en 2023, sigue siendo significativo. El Gobierno español tenía expectativas más altas, pero el ajuste de la OCDE a 1,5% sigue representando una mejora con respecto a proyecciones anteriores. Para 2025, se espera un crecimiento aún más robusto, alcanzando un 2%.

A diferencia de España, la eurozona en general enfrenta un horizonte económico más turbulento. Con la reciente subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), el crecimiento en esta región se ve más restringido. Se proyecta un crecimiento apenas del 0,6% para el conjunto de la eurozona en 2024, con Alemania experimentando un impacto aún más pronunciado debido a la crisis energética y la subida de tipos, con expectativas de crecimiento de solo un 0,3% para 2024 y 1,1% para 2025.

La OCDE, aunque optimista sobre España, advierte sobre los riesgos globales que podrían afectar las economías. Las tensiones geopolíticas, especialmente en el Medio Oriente, podrían perturbar los mercados energéticos y afectar la economía global. Además, las presiones sobre los precios de los servicios podrían llevar a sorpresas en la inflación, lo que a su vez podría provocar revisiones en los mercados financieros.

España se destaca en el panorama económico europeo con un pronóstico de crecimiento alentador para 2024 y 2025. Sin embargo, el contexto global sigue presentando desafíos y riesgos que deben ser monitoreados cuidadosamente. La situación económica de la eurozona, en contraste con la de España, y las potenciales tensiones geopolíticas son factores clave que podrían influir en el desarrollo económico en los próximos años.