Las Fuerzas Armadas y la Policía de Ecuador han intensificado sus operativos de seguridad en respuesta a un alarmante incremento de la violencia y la criminalidad en el país. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, declaró un estado de excepción el 9 de enero, marcando un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado.

Desde la declaración del estado de excepción, se han ejecutado más de 51.000 operativos a nivel nacional para contrarrestar la amenaza de 22 grupos narcocriminales, ahora clasificados como terroristas. Estas medidas han resultado en 4.181 detenciones, de las cuales 237 individuos están siendo procesados por cargos de terrorismo.

Mónica Palencia, ministra del Interior, informó que antes de la declaración del estado de excepción, el promedio diario de muertes violentas era de 27,8. Este número ha disminuido significativamente a 10,6 muertes diarias, evidenciando el impacto positivo de los operativos del Bloque de Seguridad Nacional.

El gobierno ecuatoriano ha implementado el Plan Fénix como parte de su estrategia de seguridad. Este plan incluye el aumento de la presencia militar en la lucha contra el crimen organizado, la centralización de los servicios de inteligencia y el mejoramiento del equipamiento de las fuerzas de seguridad. Además, el plan no solo se centra en la represión del crimen, sino que también abarca la prevención, el control y la seguridad integral, buscando la inclusión económica y la generación de empleo como medidas para superar la crisis.

En un desarrollo significativo, las fuerzas militares descubrieron una extensa red de conexiones clandestinas en la prisión de Loja, que se vincula con otras cárceles del país. Esta prisión está bajo el control de Los Lobos, un grupo narcocriminal con una fuerte presencia en Ecuador y presuntos lazos con el cartel mexicano Jalisco Nueva Generación.

Ecuador ha recibido apoyo internacional en su lucha contra el crimen organizado transnacional. Brasil, bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, ha ofrecido enviar policías para colaborar en investigaciones y actividades de inteligencia. Argentina también ha contribuido, deportando a la familia de José Adolfo Macias, alias ‘Fito’, líder de Los Choneros, cuya fuga de una prisión desencadenó los recientes eventos violentos en Ecuador.

La situación en Ecuador refleja un desafío complejo y multifacético, donde las medidas de seguridad se combinan con estrategias de inclusión social y cooperación internacional. La eficacia de estas medidas, a corto y largo plazo, será crucial para estabilizar el país y reducir la violencia y el crimen organizado.