Las calles de España se están convirtiendo en escenarios de movilizaciones agrícolas, marcadas por una notable fragmentación. Los principales grupos del sector, Asaja, COAG y Upa, han organizado protestas empezando este jueves en Ávila, Salamanca, Ciudad Real y Huesca. Paralelamente, la Unión de Uniones, con una fuerte presencia en regiones como Castilla y León, Comunidad Valenciana y Cataluña, ha establecido su propio itinerario de protestas, comenzando en Burgos. 

Este escenario se complejiza con la aparición de grupos minoritarios de agricultores, que organizados a través de redes sociales y WhatsApp, han delineado sus propias acciones. Ya se han visto movilizaciones en Zamora y Valladolid, reflejando la diversidad de agendas y preocupaciones dentro del sector agrícola.

Las demandas de estos grupos varían, desde la eliminación de la Agenda 2030 y normativas de bienestar animal y ambiental, hasta el malestar por la falta de representación en las negociaciones con el gobierno. Estas reivindicaciones resuenan con pedidos similares hechos por representantes políticos en ámbitos internacionales, como en el Consejo Europeo.

La fragmentación no solo se refleja en las demandas, sino también en la organización de las protestas. Mientras algunos grupos recurren a tractoradas, otros optan por manifestaciones a pie o concentraciones simbólicas. La diversidad de tácticas refleja la variedad de preocupaciones regionales, desde la sequía en Andalucía y Murcia hasta problemas específicos de la ganadería en el norte.

La influencia de movilizaciones similares en otros países europeos es innegable, aunque los grupos españoles mantienen que sus protestas responden a una agenda propia. Las tensiones entre las distintas organizaciones agrícolas y la falta de una voz unificada destacan la complejidad de la situación.

Las organizaciones mayoritarias han establecido un calendario de protestas que abarca varias ciudades y fechas, mientras que la Unión de Uniones ha planeado sus propias movilizaciones en distintas localidades. Estas diferencias de agendas subrayan la falta de consenso dentro del sector.

Las demandas centrales giran en torno a mejoras en la Política Agraria Común (PAC) y la Ley de Cadena Alimentaria. Las organizaciones agrícolas esperan que sus movilizaciones conduzcan a un diálogo constructivo y a cambios concretos en estas políticas. La respuesta de las autoridades, tanto a nivel nacional como europeo, será clave para determinar el curso de las protestas y el futuro del sector agrícola en España.

La situación actual en el campo español es un reflejo de la diversidad de intereses y preocupaciones en el sector. La fragmentación de las movilizaciones y la variedad de demandas ponen de manifiesto la necesidad de un enfoque más inclusivo y representativo en la formulación de políticas agrícolas. El desenlace de estas protestas y la respuesta del gobierno serán cruciales para determinar la dirección futura del sector agrícola en España.