En un evento masivo realizado en Avenida Paulista, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro refutó las acusaciones de estar involucrado en un supuesto intento de golpe de Estado en 2022 ante una audiencia de aproximadamente 750.000 personas, según estimaciones de la Policía Federal. Durante su discurso, Bolsonaro se defendió de las investigaciones lideradas por el Supremo Tribunal Federal (STF), enfatizando su inocencia y subrayando que nunca actuó fuera de los límites constitucionales. Según él, un golpe de Estado implicaría el uso de armas y conspiraciones, elementos que, asegura, no formaron parte de su conducta. Este acto, organizado principalmente por el pastor pentecostal Silas Malafaia, buscaba fortalecer la imagen del exmandatario frente a la opinión pública y contrarrestar las acusaciones que pesan sobre él.

Bolsonaro aprovechó la oportunidad para hacer un repaso por su carrera política, destacando haber sido siempre víctima de persecución, incluso antes de su presidencia. Sin mencionar directamente al STF ni las decisiones del Tribunal Superior Electoral que lo declararon inelegible, el exmandatario criticó la falta de respeto al Estado de derecho y rechazó la idea de ganar elecciones eliminando a oponentes políticos. Además, valoró positivamente su etapa como presidente y agradeció a los asistentes por su apoyo, destacando la importancia de la unidad y determinación del pueblo brasileño. Entre los oradores del evento también estuvieron Michelle Bolsonaro, el pastor Silas Malafaia y Tarcísio de Freitas, quien elogió la figura de Bolsonaro como representante de un movimiento, más allá de su persona.

El discurso de Bolsonaro no estuvo exento de críticas por parte de opositores políticos. Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores, condenó enérgicamente el historial del exmandatario, calificándolo de antidemocrático, dictatorial y fascista. Hoffmann enfatizó que Bolsonaro representa una amenaza constante para la democracia, el Estado de derecho y la paz. Este choque de visiones subraya la profunda división política en Brasil y el intenso debate sobre el futuro de su democracia.

El evento en Avenida Paulista simboliza no solo la defensa de Jair Bolsonaro frente a las acusaciones judiciales, sino también la polarización política en Brasil. A pesar de su situación legal y política, Bolsonaro sigue siendo una figura central en el espectro político brasileño, capaz de movilizar a grandes multitudes. Su discurso resalta un rechazo a lo que considera abusos judiciales y una apelación a sus bases para mantenerse relevante en el debate político. La respuesta de sus críticos, por otro lado, refleja la existencia de un sector significativo de la sociedad brasileña que ve en Bolsonaro una amenaza a la estabilidad democrática del país. La situación sugiere que la figura de Bolsonaro y el futuro político de Brasil seguirán siendo temas de intensa discusión y controversia.