En España, la patata ha sido considerada tradicionalmente como un alimento básico, ubicándose junto a otros productos como el arroz, la pasta y el pan. No obstante, recientes evaluaciones científicas han replanteado su papel en la dieta, sugiriendo que, aunque no es un alimento imprescindible ni debería consumirse diariamente, la patata posee beneficios que merecen ser reconocidos si se cocina adecuadamente.

Se estima que el consumo promedio en España es de aproximadamente 26-29 kg por persona al año, equivalente a medio kilo semanal. Históricamente, este tubérculo se consideraba esencial en la alimentación, pero hoy en día, su importancia ha disminuido debido a su limitada contribución nutricional y a que no es particularmente saciante.

La patata es rica en carbohidratos, principalmente almidón, y contiene pequeñas cantidades de glucosa, fructosa, sacarosa, vitamina B6 y potasio. Sin embargo, su alto contenido de almidón implica un elevado índice glucémico, lo que puede desencadenar picos de glucosa en sangre y aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes. A pesar de que en algunos lugares aún se considera a la patata como una verdura, nutricionalmente se asemeja más a las harinas.

Una forma de mitigar el impacto de la patata en el índice glucémico es a través de la producción de almidón resistente. Cocinar y enfriar las patatas, especialmente por un período de 12-24 horas en el refrigerador, transforma parte del almidón en una forma que no se absorbe en el tracto gastrointestinal, disminuyendo así su índice glucémico.

La manera en que se cocinan las patatas también es crucial. Las patatas cocidas o al vapor son preferibles a las patatas fritas, que están cargadas de aceite y sal, aumentando su densidad calórica y reduciendo su potencial saciante.

Las patatas son una fuente de potasio, fibra dietética y magnesio. Estudios recientes han indicado que su consumo no necesariamente se relaciona con un mayor riesgo de diabetes o alteraciones en los niveles de azúcar en sangre. Además, son ricas en vitamina C, vitamina B6, colina y potasio. Específicamente, el potasio ha sido vinculado a un menor riesgo de hipertensión y se absorbe mejor en patatas asadas.

La patata no debe considerarse un alimento prohibido ni insalubre, pero tampoco es un elemento básico o imprescindible en la dieta. Su consumo, especialmente en formas más saludables como asadas o cocidas, puede contribuir de manera positiva a la ingesta nutricional. Sin embargo, es aconsejable equilibrar su consumo con una variedad de verduras y hortalizas, siguiendo las recomendaciones de una dieta equilibrada.

- Arsénico en el Arroz: Investigación sobre los niveles de arsénico en el arroz disponible en los supermercados españoles.

- Alimentos para el Cerebro: Recomendaciones de alimentos para prevenir el deterioro cognitivo.

- Genética de las Manzanas: Estudio sobre la evolución genética de las manzanas y su rica diversidad.

- Verduras Olvidadas: Rescate de verduras tradicionales con propiedades nutricionales destacadas, como efectos saciantes, diuréticos y de control del colesterol.

Estos temas reflejan la creciente preocupación y el interés en comprender mejor los alimentos que consumimos, su impacto en nuestra salud y la importancia de una dieta balanceada y consciente.