Ecuador enfrenta fuertes lluvias que han causado inundaciones, deslizamientos y socavamientos en varias zonas. La intensidad de estas precipitaciones ha llevado a cuestionar si estamos ante un fenómeno típicamente invernal o si estas condiciones extremas son resultado del fenómeno de El Niño, activo en la región. La situación ha afectado a numerosas áreas, incluyendo Guayaquil, donde 47 zonas se han visto perjudicadas, y a nivel nacional, con 17 eventos registrados por las autoridades. Las lluvias se alinean con los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) y el Comité Erfen, anticipando "eventos significativos de precipitación" particularmente en la zona interior del Litoral.

Récord de lluvias y análisis experto La Concordia experimentó un récord de 239,6 milímetros de lluvia, marcando un hito en 60 años. Este volumen de precipitación alimenta el debate sobre si estas condiciones son inherentes a la estación invernal o si se deben a El Niño. José González, coordinador del Inamhi en Guayaquil, refiere que la temporada lluviosa se enmarca en un El Niño activo, aunque se espera que su intensidad disminuya en los próximos meses. Según González, factores como la migración de la Zona de Convergencia Intertropical y el incremento de la temperatura superficial del mar son habituales, pero están siendo intensificados por El Niño.

Perspectiva científica sobre El Niño y la temporada invernal Franklin Ormaza, oceanógrafo, proporciona un contrapunto, sugiriendo que las condiciones actuales corresponden más a una típica estación invernal que a El Niño. Para atribuir las lluvias a El Niño, ciertos criterios deben cumplirse, como temperaturas superficiales del mar superiores a 28 grados y profundidades de agua cálida específicas, entre otros. Ormaza indica que los datos actuales no apoyan la conclusión de que El Niño esté impactando significativamente en Ecuador, sugiriendo que lo que experimentamos es más propio de la estación invernal.

Estamos ante un escenario complejo donde la naturaleza nos muestra su fuerza a través de intensas lluvias. Mientras algunos expertos apuntan a El Niño como un factor contribuyente, otros argumentan que estamos simplemente ante la manifestación de nuestra estación invernal. Este debate subraya la importancia de continuar monitoreando y analizando las condiciones climáticas y oceanográficas para entender mejor estos eventos extremos. La respuesta a si estas lluvias son un indicio de El Niño o parte de nuestra temporada invernal puede no ser exclusiva, sugiriendo que ambos factores podrían estar jugando un papel en el actual panorama climático de Ecuador. 

En un evento reciente que resalta la importancia de la seguridad y la prontitud en las respuestas de emergencia, la vía Alóag-Unión del Toachi fue cerrada debido al volcamiento de un tráiler. Este incidente no solo pone de manifiesto los retos a los que se enfrentan los conductores en condiciones adversas, sino que también resalta la necesidad de mantener las vías en óptimas condiciones y de seguir prácticas de conducción seguras para prevenir accidentes. Este tipo de eventos, aunque menores en comparación con las grandes catástrofes naturales, sirve como recordatorio de la fragilidad de nuestra infraestructura y de la importancia de la preparación y la prevención.