En el contexto político actual de República Dominicana, la crisis haitiana se ha convertido en un tema de discusión central, especialmente en el ámbito electoral. El expresidente Leonel Fernández ha manifestado su preocupación respecto a cómo el actual mandatario, Luis Abinader, podría estar utilizando esta delicada situación para beneficio electoral. La crisis en Haití, que se intensificó tras el asesinato de Jovenel Moise en julio de 2021, ha tenido repercusiones significativas en la política y economía dominicanas, así como en la cuestión de la soberanía y seguridad nacional.

La relación entre Haití y República Dominicana ha sido históricamente compleja, marcada por cuestiones de migración, seguridad fronteriza y relaciones económicas. La actual crisis política y social en Haití ha exacerbado estas tensiones, llevando a los candidatos presidenciales dominicanos, incluido Abinader, a enfatizar en sus agendas la importancia de preservar la soberanía y fortalecer la seguridad fronteriza. Fernández, líder del partido Fuerza del Pueblo y candidato presidencial para las elecciones de mayo de 2024, ha criticado la posible instrumentalización política de esta crisis por parte de Abinader, sugiriendo que debería prevalecer una actitud de estadista sobre la de candidato en busca de reelección.

Abinader ha llamado la atención internacional sobre la necesidad de un apoyo masivo para enfrentar la crisis haitiana, argumentando en foros como el Consejo de Seguridad de la ONU, que la comunidad internacional debe actuar unida o permitir que República Dominicana defienda su soberanía en solitario. Esta postura resalta la gravedad con la que el gobierno dominicano ve la situación en Haití y su potencial impacto en el país.

Fernández también ha abordado el tema de la migración haitiana hacia República Dominicana, un fenómeno intensificado por la crisis. Aunque reconoce la necesidad de medidas para reforzar la frontera, sugiere que la solución no solo debe ser restrictiva, como la limitación de visas, sino que debe acompañarse de políticas más amplias que atiendan a las causas fundamentales de la migración.

El expresidente ha señalado que, dada la confluencia de crisis globales —conflictos bélicos, tensiones geopolíticas y crisis sociales—, el tema haitiano ha quedado relegado en la agenda internacional. Este contexto dificulta la movilización de apoyo y recursos necesarios para abordar la situación en Haití de manera efectiva.

Ante este panorama, Fernández propone la reactivación de una misión internacional de estabilización en Haití, similar a la MINUSTAH instaurada en 2004, como medida para restablecer el orden y la estabilidad política. Esta propuesta sugiere un papel más activo de la comunidad internacional en la crisis haitiana, reconociendo la importancia de una solución colaborativa y humanitaria.

La situación en Haití y su impacto en República Dominicana requieren de un manejo cuidadoso y estratégico, donde la solidaridad internacional juegue un rol crucial. Mientras los líderes políticos dominicanos debaten sobre la mejor forma de abordar esta crisis, es esencial que prevalezcan los principios de humanidad y responsabilidad estatal, evitando el uso político de una tragedia que afecta a millones de personas. La colaboración entre naciones y el compromiso con soluciones sostenibles y respetuosas de los derechos humanos deben ser la prioridad en esta compleja coyuntura.