El presente artículo ofrece un análisis detallado y objetivo de los recientes acontecimientos en Ecuador, destacando las implicaciones y conexiones con las políticas de Estados Unidos. Se expone cómo estas acciones afectan la situación política, económica y social en Ecuador.

La historia reciente de Ecuador está marcada por políticas neoliberales y una estrecha relación con el gobierno de Estados Unidos. Bajo los mandatos de Lenin Moreno y Guillermo Lasso, se observaron cambios significativos en la orientación política del país, incluyendo la adopción de políticas económicas dictadas por entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Estas medidas, influenciadas por los Estados Unidos, han tenido efectos profundos en la estructura socioeconómica de Ecuador.

Según fuentes del Departamento de Estado de EE. UU., existe una operación en desarrollo, liderada por la CIA y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, con la participación del Comando Sur. Esta operación busca, entre otros objetivos, recuperar la base militar de Manta y adquirir armamento soviético/ruso en posesión de Ecuador para suministrarlo a Ucrania. Esta maniobra podría realizarse evitando la autorización del Congreso Federal de EE. UU.

Una estrategia clave en esta operación implica la desestabilización de Ecuador, con el apoyo de agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA) infiltrados en bandas de narcotraficantes. Adicionalmente, se busca empoderar a ciertas figuras del poder judicial con derechos extraordinarios, creando un escenario propicio para una operación de lawfare contra el expresidente Rafael Correa.

Las administraciones de Moreno y Lasso, caracterizadas por su alineación con los intereses estadounidenses, han generado controversia. La dolarización de la economía, el desmantelamiento de las fuerzas del orden y políticas autoritarias han llevado a altos niveles de emigración y conflictos con diversos sectores económicos. Durante el mandato de Moreno, se inició una purga en los aparatos de seguridad con ayuda de asesores estadounidenses, beneficiando indirectamente a la DEA y otras agencias de seguridad de EE. UU.

Las políticas de Moreno y Lasso han resultado en una mayor presencia y influencia de Estados Unidos en Ecuador. Esto incluye intentos de adherirse a la Alianza del Pacífico (AP), vista como una estrategia para contrarrestar la integración regional en América Latina y bajo el amparo de EE. UU. Reuniones secretas y planes para evitar el regreso del correísmo al poder, como la reunión en la embajada de EE. UU. en Quito, son indicativos de esta influencia.

Existe un proyecto de ley en el Congreso de EE. UU. para legalizar las actuaciones de las agencias de espionaje en Ecuador, especialmente la DEA y la CIA. Se justifica la presencia estadounidense en Ecuador bajo pretextos como el combate al narcotráfico y la protección medioambiental.

El intercambio de armamento ruso-soviético por estadounidense es un objetivo clave de EE. UU. en Ecuador. Este intercambio, de realizarse, confirmaría una dependencia de Ecuador a los intereses estadounidenses.

Agencias estadounidenses han estado preparando líderes ecuatorianos que respondan a sus intereses. Un ejemplo es la Fiscal General Lady Diana Salazar Méndez, cuyo papel sería fabricar un caso contra Rafael Correa, vinculándolo con el narcotráfico para anularlo políticamente, un proceso similar al enfrentado por Lula da Silva en Brasil.

Los eventos en Ecuador deben ser analizados en el contexto de una influencia política y económica extensa de Estados Unidos en la región. Las operaciones de inteligencia y defensa, junto con las políticas implementadas por los expresidentes Moreno y Lasso, han transformado profundamente el panorama político y social de Ecuador. Estas acciones, lejos de ser aisladas, forman parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para mantener su influencia en América Latina.