La economía de España se ha destacado recientemente por su notable contribución al empleo dentro de la eurozona, generando aproximadamente un tercio de todos los nuevos puestos de trabajo entre el tercer trimestre de 2022 y el mismo período de 2023. Este logro es especialmente significativo considerando que España representa solo un 10% de la economía de la eurozona. La creación de 700,000 empleos en España, frente a los dos millones en la eurozona, subraya la fortaleza de su mercado laboral en un contexto europeo que enfrenta desafíos económicos, incluyendo la escalada de tipos de interés y la crisis energética.

El panorama económico europeo se ha visto afectado negativamente por varios factores, entre ellos la pérdida del gas ruso económico, la desaceleración de China, y los desafíos en la transición hacia vehículos eléctricos, particularmente en Alemania. No obstante, el mercado laboral europeo muestra resiliencia, con un número récord de vacantes no cubiertas, situación en la que España brilla por su desempeño excepcional en la creación de empleo. Un factor notable en este rendimiento es la recuperación del sector turístico español, que ha visto un incremento del 17% en el gasto turístico real en comparación con los niveles previos a la pandemia.

La economía española también se beneficia de su menor dependencia del gas ruso y un mayor uso de energías renovables, así como la capacidad de procesar gas natural licuado (GNL). Con la suspensión temporal de la disciplina fiscal europea, el gasto público, especialmente en salud y educación, ha impulsado un tercio del crecimiento económico de España en 2023.

Un elemento distintivo en la economía española es el significativo aumento de la población inmigrante, que ascendió a cerca de 600,000 personas en el último año, cifra comparable a la de los años del boom inmobiliario. Esta afluencia de inmigrantes ha tenido un impacto directo en el mercado laboral, con cuatro de cada diez empleos creados en 2023 ocupados por extranjeros, que representan solo el 13% de la población total. Si consideramos a los trabajadores de doble nacionalidad, esta cifra asciende a seis de cada diez.

Este fenómeno no solo ha contribuido al crecimiento económico de España, sino que también ha jugado un papel crucial en la superación de las expectativas de crecimiento, que apuntaban a un modesto 1% a principios del año pasado. Sin embargo, este modelo de crecimiento basado en el aumento de la fuerza laboral presenta desafíos, particularmente en términos de productividad. A pesar de que el empleo ha crecido, la productividad por trabajador disminuyó en un 0,7% en 2023, lo que ha llevado a un incremento en los costos de producción.

Aunque el sector exportador español ha logrado sostenerse ante el aumento de los costos, esta situación podría comprometer la competitividad a largo plazo. Además, la dependencia del crecimiento económico en la inmigración y el gasto público plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de este modelo a futuro. La inversión sigue siendo un punto débil, afectada por el aumento de los tipos de interés y a pesar de la inyección de fondos europeos.

La economía española muestra una dualidad: por un lado, hay signos de recuperación, como el incremento de los salarios reales y una mayor capacidad de generación de recursos debido al aumento de la fuerza laboral. Por otro lado, la productividad estancada y la dependencia de factores como la inmigración y el gasto público sin restricciones fiscales sugieren desafíos a largo plazo para el crecimiento económico sostenible.

el impulso proporcionado por la población extranjera ha sido fundamental para el dinamismo económico de España, permitiendo superar las expectativas de crecimiento en un contexto europeo complejo. Sin embargo, la necesidad de abordar los desafíos relacionados con la productividad y la inversión se presenta como esencial para garantizar un crecimiento equilibrado y sostenible a largo plazo.