El científico Carlos Martínez, destacado en el campo de la biomedicina y la inmunología, marca el fin de una era con su jubilación, dejando tras de sí un legado de investigación, gestión científica y un enfoque visionario sobre el futuro de la humanidad.

Martínez, con una carrera envidiable, ha sido una figura clave en la ciencia europea, ocupando cargos de alta relevancia como presidente de la European Molecular Biology Conference y vicepresidente del Consejo del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg. Su trabajo ha sido reconocido con múltiples premios, incluyendo el Premio de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el Premio DuPont de la Ciencia, entre otros, además de ser Doctor Honoris Causa por diversas universidades. 

Martínez, en una entrevista hace ocho años, mencionó la posibilidad de alcanzar la inmortalidad. Hoy, aunque matiza su perspectiva, sigue creyendo en el poder transformador de la ciencia. Afirma que, aunque la inmortalidad total quizás sea inalcanzable, los avances en biomedicina y tecnología nos permitirán vivir vidas más largas y saludables, incluso recurriendo a órganos artificiales o generados in vitro.

Martínez señala el envejecimiento como la raíz de muchas enfermedades crónicas. Con avances en medicina de precisión y genómica, se están desarrollando estrategias para retrasar o modular el envejecimiento, lo que podría tener un impacto significativo en enfermedades como el cáncer o el Alzheimer.

Su paso por la gestión, como presidente del CSIC y secretario de Estado de Investigación, le permitió influir en la política científica. Se siente orgulloso de sus logros en esta área, aunque reconoce que aún queda mucho por hacer para posicionar la ciencia en el centro de la agenda política y social de España.

Al preguntarle sobre su futuro tras la jubilación, Martínez menciona su participación en varios consejos y fundaciones, continuando su contribución al mundo científico. En cuanto a la ciencia en general, destaca el papel cada vez más relevante de la inteligencia artificial, aunque reconoce que aún hay desafíos significativos en su implementación y ética.

La carrera de Martínez y sus reflexiones sobre la ciencia, la inmortalidad y el envejecimiento, ilustran la importancia de la investigación y la innovación en la configuración de nuestro futuro. Su visión de un mundo donde la biomedicina y la tecnología se entrelazan para mejorar la calidad de vida humana no solo es fascinante, sino también un llamado a reflexionar sobre los desafíos éticos y prácticos que acompañan a estos avances.

Carlos Martínez deja un legado de curiosidad, dedicación y una visión audaz sobre el potencial de la ciencia para transformar nuestra sociedad y nuestra salud. Su carrera no solo es un testimonio de los logros científicos, sino también de la importancia de la visión y la gestión en la ciencia para enfrentar los desafíos futuros de la humanidad.