En una reciente investigación, se ha desvelado el funcionamiento de una Agencia Brasileña de Inteligencia "paralela" durante el mandato del gobierno de ultraderecha de Jair Bolsonaro (2019-2023). La Policía Federal (PF) brasileña ha centrado su atención en Carlos Bolsonaro, concejal en Río de Janeiro y parte del círculo íntimo de su padre, Jair Bolsonaro. La investigación comenzó con Alexandre Ramagem, jefe de la Abin bajo la administración de Bolsonaro, y principal responsable de supuestas tareas de espionaje ilegal.

Se ha encontrado un mensaje en el teléfono de Ramagem, enviado por Luciana Almeida, asesora de Carlos Bolsonaro, solicitando información sobre investigaciones en contra del entonces presidente y su familia. Este mensaje apunta a una posible implicación de Carlos en actividades de espionaje ilegal. Se menciona que para estas tareas se utilizó un software israelí, First Mile, capaz de infectar teléfonos y vigilar a miles de personas.

Frente a estas acusaciones, el ex presidente Bolsonaro y sus abogados han calificado las acciones de la PF como "persecución", negando cualquier incautación comprometedora durante los registros. Cabe destacar que Jair Bolsonaro ha sido inhabilitado para ejercer cargos electivos hasta 2030, debido a cuestionamientos sobre la transparencia de las elecciones de 2022.

Según la PF, Carlos Bolsonaro sería un miembro clave del "núcleo político" de una "organización criminal" enfocada en monitorear opositores y causas judiciales contra la familia presidencial. Se destaca también la participación de los hermanos de Carlos, Flavio y Eduardo, en lo que se ha denominado el "Gabinete del Odio", una plataforma para difamar a opositores en redes sociales.

La infiltración en la Abin y su difícil desmantelamiento plantean serias preocupaciones. A pesar de los esfuerzos de la actual administración de Luiz Inácio Lula da Silva, se teme que la red establecida por Ramagem aún mantenga influencia dentro de la agencia. Además, los Bolsonaro continúan intentando recuperar influencia política a través de plataformas en línea y la formación de candidatos para futuras elecciones.

Este escándalo subraya la complejidad y gravedad del uso indebido de los aparatos de inteligencia en políticas partidistas y ataques contra opositores. La situación actual en Brasil refleja un desafío continuo para la democracia y el estado de derecho, donde la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para restablecer la confianza en las instituciones gubernamentales.