Haití espera la liberación de las seis religiosas secuestradas
Haití espera la liberación de las seis religiosas secuestradas
Llamado a la Oración en Haití: Un Clamor por la Liberación de los Secuestrados
En Haití, la angustia envuelve al país tras el secuestro de seis religiosas, Hermanas de Santa Ana, junto con el conductor y un pasajero del microbús en el que se transportaban. Este suceso ha resonado profundamente en la conciencia nacional y ha llevado a la diócesis de Puerto Príncipe y a la Conferencia Haitiana de Religiosos a convocar una jornada especial de oración.
Un Día Dedicado a la Oración y la Reflexión
En respuesta a este acto de violencia, la archidiócesis de Puerto Príncipe y la Conferencia Haitiana de Religiosos han unido sus voces para proponer que el miércoles 24 de enero sea un día dedicado a la oración, la meditación y la adoración eucarística. El objetivo es "organizar una cadena de oraciones incesantes" con la esperanza de lograr la liberación de todas las personas secuestradas. Este llamado no solo busca unir en oración a la comunidad, sino también transmitir un mensaje de solidaridad y esperanza en medio del caos.
Un Clamor por la Dignidad y la Paz
El arzobispo Max Leroys Mesidor y el presidente Morachel Bonhomme, líderes de la comunidad eclesiástica, han emitido un comunicado conjunto en el que condenan enérgicamente el secuestro y expresan su cercanía a las familias afectadas. Han instado a los líderes haitianos a tomar medidas decisivas para erradicar la creciente ola de secuestros y violencia perpetrada por grupos armados, lo cual está sumiendo al país en una situación de confusión y caos.
Un Llamado a la Acción y la Fe
Mesidor y Bonhomme no solo han expresado su solidaridad, sino que también han hecho un llamado directo a los secuestradores, exigiendo la liberación inmediata e incondicional de los cautivos. Su mensaje es claro: "¡En nombre de Dios, a quien deben temer, detengan estas prácticas abyectas y criminales que profanan esta tierra sagrada que Dios nos ha dado!".
La propuesta de la archidiócesis y la conferencia es que cada parroquia y comunidad religiosa se una en una "cadena de oración incesante", no solo por la liberación de los secuestrados, sino también por el consuelo y la fortaleza de sus familias. Este acto de fe colectivo es un poderoso recordatorio de la fuerza que puede emanar de la unidad y la esperanza compartida, incluso en los momentos más oscuros.
