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General Motors Co., un prominente jugador en la industria automotriz, ha dado un paso audaz hacia la innovación y la sostenibilidad en Brasil. La firma estadounidense ha anunciado una inversión significativa de 7,000 millones de reales, equivalentes a unos 1,400 millones de dólares, en sus operaciones brasileñas durante los próximos cinco años. Este movimiento estratégico tiene como objetivo principal acelerar la producción y adopción de vehículos eléctricos en el país sudamericano.

Brasil, un mercado tradicionalmente dominado por automóviles de combustible flexible que utilizan una mezcla de gasolina y etanol, ha sido lento en la transición hacia los vehículos eléctricos. Sin embargo, la llegada de las nuevas directrices establecidas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en diciembre ha marcado un cambio. Estas directrices son parte del programa "Mover", que fomenta la movilidad verde y la innovación a través de requisitos de sostenibilidad de flotas e incentivos fiscales para empresas que apuestan por la descarbonización y las nuevas tecnologías. Esta iniciativa es un reflejo de los esfuerzos más amplios de Lula para promover una transición ecológica en la economía más grande de América Latina.

General Motors se ha destacado al ser la primera de las automotrices tradicionales en Brasil en responder a estas directrices con un compromiso de inversión. Fabio Rua, vicepresidente de GM Sudamérica, enfatizó durante una conferencia de prensa en Brasilia que el futuro de GM en Brasil es "totalmente eléctrico". Las conversaciones con el gobierno han brindado a la empresa una seguridad jurídica y un entendimiento claro de los compromisos del gobierno con la responsabilidad fiscal y la sostenibilidad.

A pesar del optimismo, GM es consciente de los desafíos que presenta el programa Mover y se mantiene cautelosa sobre su impacto definitivo. La compañía, que cerró 2023 como el tercer mayor vendedor de automóviles en Brasil, ve un gran potencial en el mercado brasileño. Rua, en una entrevista con Bloomberg News, expresó su confianza en que Brasil puede convertirse en el tercer mercado mundial de vehículos eléctricos. No obstante, GM aún tiene dudas y planea evaluar la rapidez con la que el mercado brasileño adoptará estas nuevas tecnologías.

El anuncio de inversión llega en un momento en que GM ha enfrentado tensiones laborales en Brasil. La empresa intentó eliminar alrededor de 1,200 puestos de trabajo en tres fábricas debido a la caída de las ventas y exportaciones. Sin embargo, tras una huelga indefinida de los trabajadores y posteriores negociaciones con los sindicatos, GM canceló sus planes de despidos y abrió un programa de salida voluntaria. Rua subrayó en la rueda de prensa que los despidos fueron situaciones puntuales y que la intención de GM es continuar creciendo y manteniendo su fuerza laboral.

La decisión de General Motors de invertir en la producción de vehículos eléctricos en Brasil no solo marca un hito en la historia de la empresa sino que también refleja un cambio significativo en la industria automotriz del país. A medida que Brasil se embarca en una nueva era de movilidad sostenible, los ojos están puestos en GM y su compromiso con la innovación, la sostenibilidad y el crecimiento económico.

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