Desde el año 2022, España se ha enfrentado a una significativa lucha contra la viruela del mono, registrando un total de 7.752 casos. Este número coloca al país en la cima de Europa en cuanto a incidencia de esta enfermedad, superando con creces a naciones como Francia, Reino Unido, y Alemania. A pesar de que la situación actual no es tan grave como en el peor momento del brote en 2022, España continúa siendo vulnerable al Mpox, como se ha demostrado con los nuevos casos confirmados recientemente en Andalucía, incluyendo dos adultos y un niño. La persistencia de estos contagios subraya la importancia de la educación sanitaria y la necesidad de abordar esta enfermedad con seriedad【Idea Principal】.

Un análisis detallado de los casos notificados en 2024 revela que todos los afectados son del género masculino, manteniendo una tendencia observada desde 2022 donde casi el 98% de los contagios correspondían a hombres. Sin embargo, es crucial entender que la viruela del mono no discrimina y puede afectar a cualquier persona. La erradicación de la vacunación contra la viruela humana en España desde 1980 ha dejado a los menores de 45 años particularmente vulnerables, ya que aquellos vacunados previamente muestran una menor tasa de infección. Este dato resalta la relevancia de una cobertura vacunal amplia, especialmente considerando que la edad media de los contagiados oscila entre 28 y 53 años, y muchos de ellos presentan condiciones de inmunosupresión【Idea Secundaria】.

La transmisión de la viruela del mono se ha vinculado principalmente a contactos estrechos y relaciones sexuales, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres. Sin embargo, es fundamental clarificar que la enfermedad también puede transmitirse por contacto piel con piel, a través de heridas o erupciones. Esta vía de transmisión evidencia la complejidad del desafío que representa el Mpox y la necesidad de adoptar medidas preventivas eficaces para controlar su propagación【Idea Secundaria】.

Las campañas de educación y las estrategias de rastreo de contactos han sido elementos clave en la respuesta de España al brote de viruela del mono. A pesar de la baja mortalidad asociada al virus en el país, la vacunación ha jugado un papel crucial en la mitigación de la epidemia, especialmente entre las poblaciones de alto riesgo. Un estudio reciente ha demostrado que una dosis de la vacuna puede reducir significativamente el riesgo de infección, un hallazgo que subraya la importancia de continuar con las campañas de vacunación y de no subestimar el riesgo que representa esta enfermedad. Aunque se han tomado medidas preventivas, como la vacunación de contactos cercanos a casos confirmados, la posibilidad de futuros contagios esporádicos sigue presente, lo que requiere una vigilancia y preparación constantes【Idea Secundaria】.

La lucha contra la viruela del mono en España es un claro recordatorio de la importancia de la prevención, la educación sanitaria, y la vacunación en la gestión de enfermedades infecciosas. Aunque el país ha demostrado capacidad para enfrentar este desafío, es fundamental continuar promoviendo la concienciación y adoptar medidas de salud pública eficaces para proteger a la población y evitar futuros brotes. La experiencia de España con el Mpox subraya la necesidad de un enfoque proactivo y basado en la evidencia en el ámbito de la salud pública, asegurando que se mantenga la guardia alta frente a enfermedades emergentes y reemergentes【Idea Principal】.