En el transcurso del 2023, España se ha visto enfrentada a una notable crisis demográfica, marcada por un descenso récord en la tasa de nacimientos, un fenómeno que profundiza la preocupación sobre el futuro poblacional del país. Esta situación se ve acompañada de un incremento en la edad media de la maternidad y un saldo vegetativo negativo en gran parte del territorio nacional, con la excepción notable de Madrid y Extremadura.

El año 2023 se ha caracterizado por una disminución en la tasa de nacimientos en España, alcanzando un nuevo mínimo histórico. Con una caída del 2,02% en comparación con el año anterior, el país ha registrado una media de 882 nacimientos diarios, sumando un total de 322.075 nacimientos a lo largo del año. Esta tendencia decreciente no es un fenómeno nuevo, sino que se ha mantenido constante durante la última década, excepto por un breve repunte en 2014.

Un aspecto destacado de esta crisis demográfica es el incremento en la edad de maternidad. En los últimos diez años, se ha observado un aumento del 19,3% en los nacimientos de madres de 40 años o más, lo que ha elevado el porcentaje de estos nacimientos del 6,8% en 2013 al 10,7% en 2023. Este cambio en el patrón de maternidad refleja tendencias sociales y económicas más amplias, incluyendo decisiones personales y profesionales que llevan a muchas mujeres a posponer la maternidad.

A pesar de la tendencia generalizada, Madrid y Extremadura han sido las únicas regiones que experimentaron un aumento en el número de nacimientos en 2023, con incrementos del 2,66% y 0,65% respectivamente. Estos casos contrastan con el panorama nacional y destacan la variabilidad demográfica dentro del país.

El año 2023 también registró una disminución en el número de defunciones, con un total de 435.331 fallecimientos, lo que supone un descenso del 5,8% en comparación con el año anterior. Esta reducción en las defunciones no ha sido suficiente para compensar la baja en los nacimientos, resultando en un crecimiento vegetativo negativo en casi todas las comunidades autónomas.

Este desbalance entre nacimientos y defunciones ha llevado a un crecimiento vegetativo negativo en la mayoría del país, con la excepción de algunas comunidades como Madrid, Murcia, Baleares, Melilla, y Ceuta. En contraste, regiones como Galicia, Castilla y León, y Andalucía presentan los saldos vegetativos más negativos, lo que subraya la gravedad de la crisis demográfica en España.

La crisis demográfica de España en 2023 presenta desafíos significativos para el futuro del país, desde el mantenimiento de su sistema de bienestar hasta la sostenibilidad de su crecimiento económico. La disminución de la tasa de nacimientos, junto con el envejecimiento de la población y las variaciones regionales en el crecimiento vegetativo, requiere de una reflexión profunda y de políticas efectivas que puedan abordar estas tendencias preocupantes de una manera que asegure un futuro próspero y sostenible para España.