La economía, durante mucho tiempo, ha sido vista como una ciencia inmutable, con leyes universales comparables a las de la física. Esta perspectiva ha llevado a la implementación de medidas económicas drásticas en diversas sociedades, en especial en aquellas con economías deficitarias e inflacionarias. Tradicionalmente, se creía que la única forma de estabilizar estas economías era a través de una terapia de choque, que implicaba austeridad severa a cambio de una prometida prosperidad futura. Sin embargo, esta visión simplista ha demostrado ser inadecuada al no considerar la complejidad y pluralidad de los sistemas sociales.

Las políticas económicas no pueden ser efectivas si se ignoran los demás sistemas que conforman una sociedad. Por ejemplo, las medidas de estabilización macroeconómica en Perú, entre 1992 y 1995, se implementaron sin un sistema de bienestar y protección social adecuado. Esto llevó a un modelo económico ambiguo y a la erosión de las redes de solidaridad funcional, desencadenando un auge del individualismo y la disolución de los ideales políticos e ideológicos. Esta situación demuestra que la economía no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar objetivos nacionales ético-políticos.

La concepción actual de la economía, centrada en la eficiencia teórica y la omisión del sufrimiento humano, requiere una revisión crítica. Es hora de formar economistas con un entendimiento profundo de los sistemas complejos y que estén dispuestos a abordar las interacciones polisistémicas en un país. El objetivo principal debe ser la reducción del sufrimiento y la maximización del bienestar, en lugar de adherirse ciegamente a teorías económicas rígidas.

La visión puritana y economicista tradicional ha demostrado ser limitada y a menudo perjudicial para las sociedades. Es imperativo adoptar un enfoque más holístico y humano en la economía, uno que reconozca la complejidad de los sistemas sociales y priorice el bienestar humano sobre la teoría económica pura.

Ricardo L. Falla Carrillo, un destacado filósofo y académico, es Jefe del Departamento de Filosofía y Teología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM). Con una amplia formación en humanidades, filosofía y una profunda comprensión de la historia de las ideas, así como de las interacciones entre conocimiento y sociedad, el Dr. Falla Carrillo ofrece una perspectiva única sobre la economía y su impacto en las sociedades latinoamericanas. Autor de "La trama invisible de lo útil", sus contribuciones a la academia reflejan una preocupación constante por las relaciones entre conocimiento, poder, educación y sociedad.

Este análisis nos lleva a cuestionar las prácticas económicas actuales y a buscar soluciones que no solo sean eficientes en términos económicos, sino que también fomenten el bienestar y la solidaridad dentro de las sociedades.