El 15 de enero marca una fecha importante en Cuba: el Día de la Ciencia. Este día no solo se celebra, sino que también se reflexiona sobre el papel de la ciencia en el contexto actual de Cuba. En 2023, el país enfrentó una situación económica complicada, marcada por debates intensos en la Asamblea Nacional del Poder Popular y otras plataformas, reflejando así las preocupaciones del pueblo.

El año 2023 fue testigo de un escenario económico desafiante en Cuba, exacerbado por décadas de bloqueo económico. Este contexto representa una oportunidad para los críticos de Cuba, quienes podrían impulsar reformas neoliberales, tal como se ha visto en otras regiones. Sin embargo, estos desafíos también presentan una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la ciencia en la sociedad cubana.

A pesar de los logros significativos en ciencia y tecnología, incluyendo el manejo de la pandemia de Covid-19, el sistema científico de Cuba enfrenta desafíos. El bloqueo económico ha limitado la integración de la ciencia cubana con la comunidad científica global. Datos de UNESCO muestran que Cuba invirtió el 0.32% de su PIB en Investigación y Desarrollo en 2021, por debajo del promedio de América Latina. Además, la presión migratoria ha afectado significativamente al sector, con muchos científicos emigrando en busca de mejores oportunidades.

El futuro de Cuba parece depender de una industrialización orientada a la exportación y la integración en cadenas globales de valor para productos de alta tecnología. Este enfoque, promovido desde los años 90, requiere una transformación productiva que conecte directamente la ciencia y la tecnología con la producción y la economía.

Cuba posee un valioso capital humano, con una inversión significativa en educación y un alto nivel de escolaridad. La fuerza laboral educada es un activo clave en este proceso de transformación. La experiencia en biotecnología y la informatización de la sociedad son ejemplos de cómo la ciencia puede conectarse efectivamente con la producción y la economía.

El reto es conectar más directamente la academia con la industrialización de alta tecnología. La creación de parques científico-tecnológicos y empresas de interfaz son pasos hacia este objetivo. Además, la colaboración con países amigos y la inversión extranjera juegan un papel crucial en este proceso. 

En este Día de la Ciencia, es esencial reconocer los desafíos y las oportunidades que enfrenta la ciencia cubana. A pesar de las dificultades actuales, Cuba tiene los recursos humanos y educativos para avanzar hacia una economía basada en la ciencia, la tecnología

y la innovación. La clave para el futuro está en la integración efectiva de estos recursos con una estrategia industrial que apunte a la alta tecnología y la participación en mercados globales.

La ciencia no solo es un campo de estudio; es un motor para el cambio socioeconómico. En el contexto de Cuba, enfrentar los desafíos económicos actuales requiere de una ciencia integrada y orientada a resolver problemas concretos. La ciencia, por lo tanto, debe vincularse estrechamente con la producción, y ser una herramienta para la transformación económica y social.

El estado cubano tiene un papel fundamental en este proceso, proporcionando el marco y el apoyo necesario para el desarrollo científico y tecnológico. Pero también es crucial la colaboración internacional, tanto en términos de inversión como de intercambio académico y científico. Esta colaboración puede mitigar los efectos del bloqueo económico y abrir puertas a nuevas oportunidades y alianzas.

Mirando hacia el futuro, Cuba debe aspirar a una visión integrada que abarque más que solo la ciencia y la tecnología. Debe incluir una estrategia económica que promueva la diversificación y la sostenibilidad. La ciencia y la tecnología deben ser los pilares de una economía que apunte a ser inclusiva, innovadora y resiliente.

el Día de la Ciencia en Cuba es una oportunidad para celebrar los logros, pero también para reflexionar críticamente sobre el camino a seguir. La ciencia, como parte integral de la sociedad cubana, tiene el potencial de ser un catalizador para el cambio y el desarrollo, siempre que se integre de manera efectiva con la economía y la sociedad. Este es un desafío que requiere compromiso, creatividad y colaboración, tanto a nivel nacional como internacional.

El futuro de Cuba, en gran medida, dependerá de cómo se aborde este desafío, y el Día de la Ciencia es un recordatorio oportuno de la importancia de la ciencia en la construcción de ese futuro.