En la lucha contra el dengue, Argentina y Brasil han tomado rumbos proactivos al adoptar el uso de vacunas, mientras que Ecuador se mantiene en espera de aprobaciones oficiales. Este artículo explora las distintas estrategias adoptadas por estos países frente a la misma amenaza, subrayando la importancia de la prevención y control de esta enfermedad transmitida por el mosquito *Aedes aegypti*.

Argentina ha permitido la comercialización de la vacuna tetravalente Qdenga en farmacias privadas, una medida que facilita el acceso a la protección contra los cuatro serotipos del dengue. Este avance se sostiene sobre la base de una receta médica, asegurando un abordaje responsable y supervisado de la vacunación.

Brasil, por su parte, ha lanzado un programa estatal de vacunación dirigido a niños y adolescentes de 10 a 14 años, el grupo más afectado por el dengue. Este esfuerzo se da en un contexto de un aumento alarmante de casos, donde se reportaron 455.000 infecciones en el año en curso, marcando un récord histórico y cuadruplicando las cifras del año anterior.

La vacuna Qdenga, desarrollada por la farmacéutica japonesa Takeda, representa un hito en la prevención del dengue. A diferencia de opciones anteriores, esta vacuna tetravalente no requiere que la persona haya sido previamente infectada por el virus, eliminando así el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad en individuos no previamente expuestos. Su eficacia del 80% en la prevención de la enfermedad y una reducción del 90% en hospitalizaciones son indicativos de su potencial impacto positivo en la salud pública.

Ecuador, mientras tanto, adopta una postura de cautela, esperando la conclusión de las fases clínicas de la vacuna y su aprobación formal por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta posición se fundamenta en el principio de precaución y la necesidad de garantizar la seguridad y eficacia de los fármacos antes de su implementación a nivel nacional.

La decisión de Ecuador de esperar refleja un enfoque metódico hacia la adopción de nuevas intervenciones sanitarias. Sin embargo, la creciente incidencia del dengue en el país, exacerbada por factores climáticos y socioambientales, subraya la urgencia de encontrar soluciones efectivas para controlar la propagación de esta enfermedad.

Expertos en el campo, como Washington Cárdenas y Juan Carlos Navarro, enfatizan el valor de la vacunación como herramienta preventiva, destacando su costo-efectividad comparada con el tratamiento de casos graves y hospitalizaciones. Su implementación podría significar un cambio radical en la gestión del dengue, especialmente en regiones endémicas.

La adopción de la vacuna contra el dengue en Argentina y Brasil marca un paso importante hacia el control de esta enfermedad. Mientras tanto, Ecuador observa y evalúa, posicionándose para tomar decisiones informadas que protejan la salud de su población. La lucha contra el dengue requiere de estrategias multifacéticas que incluyan la vacunación, el control vectorial y la educación pública para minimizar el impacto de esta enfermedad en América Latina.