En un mundo que avanza rápidamente hacia la sostenibilidad, un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencia y Tecnología de Materiales del Technion – Instituto Tecnológico de Israel, ha marcado un hito en la carrera por un futuro más limpio. Bajo la guía del profesor Avner Rothschild, este equipo ha presentado una revolucionaria tecnología capaz de producir hidrógeno verde utilizando energías renovables. Publicado en la prestigiosa revista Nature Materials, este avance no solo abre las puertas a la producción comercial de hidrógeno verde sino que también promete ser una alternativa sostenible a los combustibles fósiles.

En el escenario actual, donde el consumo de carbón, gasolina y gas natural predomina, las emisiones de gases de efecto invernadero son una preocupación global. A diferencia de estos combustibles, que liberan dióxido de carbono, el hidrógeno destaca por su limpieza, ya que su combustión resulta en agua. Sin embargo, la mayoría del hidrógeno producido hoy día, conocido como hidrógeno "gris" o "negro", se deriva de fuentes fósiles, contribuyendo significativamente a las emisiones de CO2. La promesa del hidrógeno verde radica en su producción a través de la electrólisis del agua, empleando energía renovable, lo que lo convierte en un protagonista potencial en la lucha contra el cambio climático.

A pesar de los avances en la electrólisis para producir hidrógeno verde, este método enfrenta obstáculos significativos. Los altos costos asociados a los componentes necesarios, como membranas y selladores, han limitado su competitividad. No obstante, el Technion ha sido pionero en superar estas barreras con el desarrollo de la técnica E-TAC, que elimina la necesidad de dichos componentes al producir hidrógeno y oxígeno en etapas separadas.

La innovación presentada por el grupo del Prof. Rothschild introduce un método que permite la producción simultánea de hidrógeno y oxígeno en dos celdas separadas, reemplazando el electrodo sólido por un electrolito acuoso de NaBr. Este enfoque no solo facilita un proceso continuo, sino que también supera las limitaciones de velocidad y capacidad de los electrodos sólidos. Los aniones de bromuro, al oxidarse a bromato mientras generan hidrógeno, fluyen hacia otra celda donde se regeneran para producir oxígeno, mostrando una eficiencia preliminar notable y la capacidad de operar con altas corrientes eléctricas.

Aunque el desarrollo de una tecnología basada en este avance científico aún tiene desafíos por delante, los resultados iniciales son prometedores. La viabilidad y alta eficiencia del proceso son indicativos de su potencial para superar los obstáculos hacia la producción industrial de hidrógeno verde. El trabajo del profesor Rothschild y su equipo no solo contribuye a la ciencia y la tecnología sino que también alinea con los esfuerzos globales para un futuro energético sostenible.

Este proyecto ha recibido apoyo de instituciones significativas, destacando su importancia en el panorama de la investigación energética. Con cada paso adelante, nos acercamos a un mundo donde el hidrógeno verde no solo es una posibilidad sino una realidad en la producción energética global, marcando un antes y un después en nuestra transición hacia fuentes de energía limpias y renovables.