En un desafortunado suceso que tuvo lugar en las costas de Chile, un ciudadano argentino, de 30 años, se encuentra desaparecido tras ser arrastrado por las olas del mar. Este acontecimiento se produjo en medio de circunstancias trágicas, marcadas por un acto de valentía y desesperación. David Soto Rosas, como fue identificado, intentaba salvar a su primo quien había caído en una zona peligrosa de la playa Marbella de Santo Domingo, lugar conocido por su belleza, pero también por sus peligros ocultos.

El infortunado incidente ocurrió en un contexto familiar, mientras intentaban capturar momentos de felicidad a través de fotografías en las rocas de la playa, lugar no recomendado para el baño por sus condiciones adversas. Un resbalón accidental desató la tragedia: uno de los jóvenes cayó, golpeándose la cabeza y las costillas contra las rocas. En un intento desesperado por rescatar a su familiar, David Soto Rosas fue sorprendido por la fuerza implacable del mar, que lo arrastró mar adentro.

A pesar de los esfuerzos realizados, el rescate solo tuvo éxito parcial. Los bomberos lograron salvar al joven de 18 años que había caído inicialmente, quien fue encontrado entre las rocas con heridas significativas y ahora se recupera en el hospital. Sin embargo, la búsqueda de David Soto Rosas continúa, sumando angustia a una familia ya golpeada por la adversidad.

El contexto de este trágico evento se torna aún más desgarrador al revelar que David Soto Rosas no solo estaba visitando Chile, sino que tenía planes de establecer su vida allí. A su llegada a la provincia de Santo Antonio el lunes anterior, realizó los trámites necesarios para obtener la nacionalidad chilena, un indicativo de su deseo de empezar una nueva etapa en este país. Con familia ya residenciada en Chile, David veía en esta nación una oportunidad para un nuevo comienzo, un sueño abruptamente interrumpido por el capricho del destino.

La desaparición de David Soto Rosas no es solo una tragedia individual, sino un doloroso recordatorio de la fuerza imprevisible de la naturaleza y la fragilidad de la vida humana. Mientras la búsqueda continúa, la comunidad, tanto en Argentina como en Chile, se une en esperanza y solidaridad, deseando fervientemente que este doloroso episodio pueda encontrar un cierre y ofrecer algo de consuelo a una familia que enfrenta el inimaginable.