En un audaz operativo en alta mar, las autoridades marítimas de Ecuador han logrado un golpe significativo contra el narcotráfico al interceptar un semisumergible cargado con cocaína valorada en 50 millones de dólares. El operativo, que se llevó a cabo a 32 millas náuticas de la costa de Esmeraldas, no solo resaltó la sofisticación y la osadía de las bandas criminales, sino también la determinación y la agudeza de las fuerzas del orden ecuatorianas.

El artefacto flotante, una embarcación artesanal de 15 metros de longitud equipada con cuatro motores Yamaha de 75 HP, se convirtió en el centro de atención de esta operación. En su interior, las autoridades encontraron 161 bultos grandes envueltos en sacos de yute, un cargamento pesado que dio positivo a clorhidrato de cocaína en el análisis correspondiente. La captura de este cargamento, valorado en una cifra astronómica, no solo es un golpe al narcotráfico, sino también un testimonio del desafío que enfrentan las naciones en su lucha contra este flagelo.

En una muestra de cooperación internacional, la operación se llevó a cabo en coordinación con la armada de Colombia. Tres ciudadanos colombianos, identificados como Arlin G., José C. y Víctor O., fueron detenidos a bordo del semisumergible. Estos individuos, ahora bajo custodia policial, serán sometidos al proceso legal correspondiente en Ecuador, marcando un paso más en la lucha incesante contra el narcotráfico.

No es la primera vez que Ecuador enfrenta este tipo de desafíos en sus aguas. En noviembre de 2023, una embarcación similar fue decomisada en Galápagos con cinco toneladas de droga, y en 2022 otra fue capturada en la misma zona con dos toneladas. Estos incidentes subrayan la necesidad de una vigilancia constante y una acción decidida contra las redes de narcotráfico que buscan explotar la posición geográfica de Ecuador.

El presidente Daniel Noboa ha reconocido la difícil situación que enfrenta su país, convertido en un centro logístico clave en la cadena del tráfico de sustancias ilícitas. La dolarización, junto con las adecuadas vías de comunicación e industrias prósperas, han convertido a Ecuador en un punto estratégico para estas operaciones ilegales. A esto se suma un incremento en los niveles de violencia, llevando al gobierno a declarar un estado de excepción y un conflicto interno armado en su lucha contra organizaciones criminales calificadas de “terroristas”.

Este decomiso, más allá de ser un logro en la lucha contra el narcotráfico, pone en relieve las complejidades y desafíos que enfrentan los gobiernos en su batalla por mantener la seguridad y el orden en sus jurisdicciones marítimas y terrestres. La vigilancia continua y la cooperación internacional se perfilan como elementos clave en esta lucha sin tregua contra el narcotráfico.