En una noche repleta de emociones y fútbol de alta calidad, Venezuela y Bolivia arrancaron su participación en el Preolímpico de Fútbol 2024 con un emocionante empate 3-3. El Estadio Brígido Iriarte fue testigo de un encuentro que, más allá de dejar un sabor agridulce en el equipo venezolano, demostró el espíritu combativo y la habilidad de ambos equipos.

Desde el pitido inicial, la selección venezolana, apoyada por el fervoroso grito de "Mano, tengo fe", mostró su determinación por dominar el encuentro. La ambición de la Vinotinto se hizo evidente en cada jugada, cada avance y cada movimiento coordinado, reflejando la meticulosa preparación del equipo dirigido por Ricardo Valiño.

Sin embargo, la noche comenzó con un giro inesperado cuando Bolivia, rompiendo las expectativas, se adelantó en el marcador al minuto 31, gracias a una jugada magistral concluida por José Briceño. Este momento marcó un punto de inflexión en el partido, ya que despertó una reacción fulminante de la selección venezolana. En un despliegue de talento y determinación, los criollos lograron darle la vuelta al marcador en un lapso de 11 minutos, gracias a las destacadas actuaciones de Matías Lacava y Jovanny Bolívar, cuyas jugadas maestras no solo maravillaron al público, sino que también cambiaron el rumbo del encuentro.

El segundo tiempo mantuvo la intensidad, con ambos equipos luchando por el control del balón y aplicando una alta presión para forzar errores del contrario. Venezuela parecía encaminarse hacia una victoria, especialmente después de una espectacular atajada de Frankarlos Benítez, que detuvo un penal crucial. Pero el fútbol es impredecible, y así lo demostró Bolivia, que, incluso en inferioridad numérica, logró igualar el marcador en los últimos momentos del encuentro, gracias a la tenacidad de Lucas Chávez y un potente disparo de Villamil que dejó el marcador en un definitivo 3-3.

Con este resultado, tanto Venezuela como Bolivia lograron sumar su primer punto en el torneo, situándose en la segunda posición del Grupo A, liderado por Ecuador. Este emocionante empate no solo refleja el alto nivel competitivo del Preolímpico, sino que también subraya la imprevisibilidad y la pasión que caracterizan al fútbol sudamericano. Así, el torneo continúa, prometiendo más emociones, más talento y más momentos inolvidables en el camino hacia la gloria olímpica.