Helados Yámboly no es solo una marca de helados en Perú; es una historia de tenacidad y espíritu emprendedor. Esta marca, que se ha ganado un lugar especial entre los consumidores peruanos, compite codo a codo con gigantes como D'Onofrio, pero ¿qué hace a Yámboly tan especial? Es el resultado del arduo trabajo y la visión de su creadora, Doris Rodríguez, cuya trayectoria es un viaje de superación y éxito.

Nacida en Huanta, Ayacucho, Doris Rodríguez tuvo una infancia y adolescencia marcadas por los desafíos. Debido a las amenazas del grupo terrorista Sendero Luminoso, tuvo que mudarse a Lima a una edad temprana, donde se instaló en el distrito de San Juan de Lurigancho. Doris no se dejó amilanar por las circunstancias y, con un espíritu emprendedor, comenzó a trabajar en un mercado local. Su tenacidad la llevó a incursionar en el negocio de los helados, vendiendo productos de la marca Chantybón, que más tarde cerraría.

El punto de inflexión para Doris llegó cuando Chantybon puso en venta sus fábricas. Con una mezcla de valentía y visión, Doris invirtió todos sus ahorros, unos 180.000 dólares, para comprar las instalaciones. A pesar de los desafíos iniciales, como la falta de servicios básicos y un equipo reducido, Doris transformó la operación en Helatony's, que luego se conocería como Helados Yámboly.

Yámboly no solo ofrece una variedad de sabores refrescantes, sino que también representa la perseverancia y el empuje emprendedor. La empresa ha logrado posicionarse en el mercado peruano durante más de 15 años, convirtiéndose en una de las marcas favoritas y compitiendo con grandes nombres como D'Onofrio y Artika. La historia de Doris y Yámboly es un claro ejemplo de cómo el trabajo duro y la determinación pueden convertir desafíos en oportunidades exitosas.

El distrito de San Juan de Lurigancho no solo fue el lugar que acogió a Doris en sus momentos más difíciles, sino que también se convirtió en el punto de partida para su aventura empresarial. Desde un pequeño puesto en un mercado hasta una marca reconocida en todo el país, Yámboly es un símbolo de orgullo para la comunidad local y una fuente de inspiración para muchos emprendedores peruanos.

Helados Yámboly es más que un producto; es una narrativa de superación y éxito. Cada helado vendido no solo es un refresco para el paladar, sino también un recordatorio del poder de la resiliencia y la importancia de perseguir los sueños, sin importar los obstáculos. La historia de Doris Rodríguez y su marca Yámboly es una verdadera inspiración, no solo para los amantes de los helados, sino para todos aquellos que buscan hacer realidad sus sueños.