El comercio internacional y las políticas arancelarias están en constante evolución, adaptándose a las dinámicas geopolíticas y económicas globales. Un ejemplo claro de estas complejidades se observa en cómo China, en un intento por eludir los aranceles impuestos por Estados Unidos, ha incrementado significativamente su envío de bienes a través de México. Este fenómeno no solo refleja la agilidad de las cadenas de suministro globales sino también los desafíos que enfrentan las políticas comerciales estadounidenses dirigidas a disminuir la dependencia de las importaciones de rivales geopolíticos. La estrategia de China de utilizar a México como intermediario para sus exportaciones a Estados Unidos representa una táctica ingeniosa frente a los aranceles estadounidenses, beneficiando no solo a las empresas chinas sino también a la economía mexicana, especialmente en sectores como el automotriz.

Las cifras de Container Trades Statistics analizadas por Xeneta revelan un aumento significativo en el volumen de contenedores enviados de China a México, pasando de 689 mil en los primeros tres trimestres de 2022 a 881 mil en el mismo período de 2023. Este incremento coincide con el momento en que México superó a China como el principal exportador de bienes a Estados Unidos. Además, se destaca un crecimiento rápido en los envíos por camión que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos. Estas estadísticas subrayan los esfuerzos de la administración Biden por reconfigurar las cadenas de suministro globales para reducir la dependencia estadounidense de las importaciones chinas, una política que comenzó con la administración de Donald Trump y sus aranceles significativos al comercio con China.

La administración Biden se ha encontrado con desafíos al intentar moverse agresivamente contra la dependencia de las cadenas de suministro dominadas por China. A pesar de las políticas implementadas, los productos chinos siguen llegando a Estados Unidos a través de México, evitando así los altos aranceles. Esto plantea un obstáculo significativo hacia una verdadera realineación de la fabricación global, lo que requiere una inversión colosal y muchos años para lograrse.

Las empresas automotrices chinas son particularmente beneficiadas por esta situación. El Instituto Nacional de Autopartes de México reportó que 33 compañías chinas con operaciones en México exportaron autopartes por valor de mil 100 millones de dólares a Estados Unidos en 2023, un aumento sustancial desde los 711 millones en 2021. México importó casi 9 mil millones de dólares en autopartes de China el último año, lo que subraya la importancia del sector automotriz en esta dinámica comercial. Los vehículos importados desde México a Estados Unidos están sujetos a impuestos significativamente más bajos en comparación con los importados directamente desde China, lo que otorga una ventaja competitiva a las empresas chinas.

Ante esta situación, es probable que Estados Unidos busque establecer normas de origen más estrictas para evitar el bypass de los aranceles a través de México. La administración Biden ya ha enfrentado presiones por parte de sindicatos y el Congreso para adoptar medidas más firmes contra los componentes chinos que llegan al país indirectamente. Además, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, ha reconocido las brechas en las normas actuales y se ha comprometido a trabajar con los legisladores para abordar estos desafíos.

México, consciente de los problemas, anunció la imposición de aranceles a productos de países como China y firmó un memorando de intenciones con Estados Unidos para examinar las inversiones extranjeras, incluidas las nuevas plantas chinas de vehículos eléctricos, en busca de riesgos para la seguridad nacional. Sin embargo, persisten dudas sobre la efectividad de estas medidas para modificar significativamente el flujo de productos chinos hacia Estados Unidos.

Este panorama subraya la complejidad de las cadenas de suministro globales y los desafíos que enfrentan las políticas comerciales en un mundo interconectado. Aunque Estados Unidos busca reorientar sus importaciones y reducir la dependencia de China, la realidad demuestra que alcanzar este objetivo es una tarea formidable que requiere tiempo, inversión y cooperación internacional. La situación actual también destaca el papel de México como un punto estratégico crucial en el comercio entre Estados Unidos y China, lo que tiene implicaciones significativas para la economía y la política comercial de la región.