En una era donde la preservación del medio ambiente se ha convertido en un tema central de discusión global, Chile ha dado un paso adelante, marcando un hito histórico al ser el primer país en ratificar el Tratado de Alta Mar de las Naciones Unidas. Este acto no solo refleja el compromiso de Chile con la conservación marina sino que también establece un precedente importante para la protección de la biodiversidad en áreas fuera de la jurisdicción nacional.

El Senado de Chile, en una muestra de unidad y compromiso con el medio ambiente, aprobó por unanimidad el Tratado de Biodiversidad Fuera de la Jurisdicción Nacional (BPNJ). Este tratado innovador es un llamado a la acción para establecer áreas marinas protegidas a gran escala en la alta mar, que comprenden casi dos tercios de los océanos del mundo. La meta es ambiciosa pero clara: proteger el 30% de la tierra y el mar para el año 2030, un objetivo establecido en el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal en diciembre de 2022.

Desde el principio, Chile demostró un fuerte compromiso político hacia la adopción de este tratado. El presidente Gabriel Boric, alineando sus políticas con la conservación marina, propuso la ciudad de Valparaíso como sede para la secretaría del tratado, subrayando la importancia del océano para el país y su disposición a liderar en esta causa global. Alberto Van Klaveren, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, destacó la ratificación del acuerdo como una confirmación del enfoque del país hacia la protección de los océanos, un recurso vital no solo para Chile sino para el mundo entero.

Greenpeace Internacional, conocida por su activismo en pro del medio ambiente, celebró la decisión de Chile de ratificar el tratado. Estefania González, subdirectora de Campañas de Greenpeace Chile, reconoció el papel crucial que Chile desempeñó durante los años de negociación del acuerdo. Este esfuerzo colectivo, según González, es un triunfo para los miles de chilenos que han abogado por la protección de los océanos, demostrando el poder de la acción y la voz ciudadana en la conservación ambiental.

Para que el tratado entre en vigor, es necesario que un total de 59 países lo ratifiquen antes de 2025. La adopción formal del acuerdo BBNJ en junio de 2023 y su posterior firma en septiembre marcaron los primeros pasos hacia la ratificación individual por parte de cada país. Chile, al tomar la iniciativa, no solo ha establecido un estándar para otros países sino que también ha demostrado la importancia de la cooperación internacional en la gestión y protección de los recursos naturales globales.

La ratificación del Tratado de Alta Mar por parte de Chile es un recordatorio poderoso de que la conservación marina es un compromiso compartido que requiere acción y colaboración. Este paso adelante refleja un cambio hacia una gestión más sostenible y respetuosa del océano, vital para la biodiversidad, la economía y la vida en nuestro planeta. A medida que otros países sigan el ejemplo de Chile, se abre un camino esperanzador hacia la protección efectiva de nuestros océanos, asegurando su belleza y biodiversidad para las generaciones futuras.