Juan Carlos Buitrago, director ejecutivo de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia, pone el foco en una de las problemáticas más graves que enfrenta Colombia en la actualidad: el alarmante incremento de la desnutrición aguda en menores de 5 años. En una entrevista reveladora, Buitrago desgrana las causas y propone estrategias para abordar este desafío que no solo afecta a la salud infantil sino que también plantea serias repercusiones para el futuro del país.

El Instituto Nacional de Salud (INS) ha reportado un crecimiento significativo en los casos de desnutrición aguda en menores de 5 años en Colombia, con un aumento del 14,29 por ciento entre 2022 y 2023. Esta tendencia, que deja un promedio de 66 casos por día, no solo es alarmante, sino que exige una reflexión y acción inmediata para comprender las causas subyacentes y desarrollar estrategias efectivas para combatir este flagelo.

Buitrago señala que el incremento en los casos de desnutrición aguda no es un fenómeno aislado, sino el resultado de una serie de factores interrelacionados. Entre ellos, destaca el desplazamiento forzado por el conflicto armado, la migración masiva, especialmente de venezolanos, y una pobreza generalizada que deja a 18,3 millones de personas sin acceso a una canasta básica de alimentos saludables. Estos factores convergen para aumentar la inseguridad alimentaria, reflejándose directamente en la nutrición de los niños más vulnerables del país.

Ante esta realidad, Buitrago enfatiza la urgente necesidad de implementar una política de seguridad alimentaria y nutricional robusta. Critica la ausencia de una hoja de ruta clara desde la expiración de la política anterior en 2018, resaltando la importancia de sistemas de información multisectoriales y un seguimiento detallado caso por caso para abordar la desnutrición de manera efectiva. Además, menciona la falta de cumplimiento en la entrega de micronutrientes a los niños a través del sistema de salud y el desfinanciamiento de estrategias clave como 'De cero a siempre'.

La desnutrición crónica es otro aspecto alarmante que afecta a aproximadamente 400,000 menores de 5 años en Colombia. Buitrago pone de relieve las consecuencias devastadoras de esta condición: una disminución significativa en el coeficiente intelectual, escolaridad y futuros ingresos de los niños afectados, perpetuando así el ciclo de la pobreza.

La lucha contra la desnutrición infantil en Colombia es un desafío multifacético que requiere la implementación de políticas integradas, un enfoque proactivo en seguridad alimentaria y nutricional, y una coordinación eficiente entre diferentes sectores. Los insights de Juan Carlos Buitrago resaltan la gravedad de la situación y la necesidad de abordar este problema de manera urgente y estructurada para asegurar un futuro más saludable y prometedor para la próxima generación de colombianos.