En un esfuerzo por incrementar el flujo de divisas en Bolivia, el gobierno de Luis Arce ha puesto en marcha una serie de medidas estratégicas, destacando entre ellas la liberación de las exportaciones agropecuarias. Esta iniciativa, acordada con los empresarios privados, se centra en productos clave como la soya, el trigo, arroz, y azúcar, y busca captar aproximadamente US$ 2,500 millones para el país. El Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, ha proyectado que, bajo condiciones óptimas, este número podría incluso duplicarse, incluyendo contribuciones del sector minero. Sin embargo, el éxito de estas proyecciones está condicionado al rendimiento del sector agrícola, que ha enfrentado desafíos debido a una reciente sequía.

La raíz de la necesidad de tales medidas se encuentra en la crisis de liquidez que Bolivia ha enfrentado desde principios de 2023, exacerbada por una significativa disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Una salida masiva de dólares del sistema financiero, identificada entre agosto y octubre de 2019, junto con los impactos de la pandemia de la COVID-19, han complicado la situación económica del país. A pesar de un récord histórico de exportaciones en 2022, las tensiones políticas internas y la incertidumbre han limitado el potencial económico de Bolivia.

Para contrarrestar esta situación, el Gobierno boliviano ha delineado un conjunto de diez medidas, enfocándose no solo en la liberación de las exportaciones sino también en la reducción del gasto en importaciones de combustible mediante la promoción de inversiones en biodiésel y mejoras en el rendimiento agrícola. Estas iniciativas apuntan a revitalizar la economía boliviana, promoviendo una mayor participación del sector privado y buscando restaurar la confianza en la estabilidad económica del país.

El ministro Montenegro ha señalado que la política interna, especialmente las disputas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), ha afectado negativamente la economía. La tensión entre el presidente Arce y el exmandatario Evo Morales, por ejemplo, ha generado un ambiente de incertidumbre. En respuesta, el gobierno busca enviar señales positivas al mercado y a los inversores, enfatizando la importancia de la colaboración entre el sector público y privado para superar los desafíos económicos.

Las estrategias implementadas por el gobierno de Luis Arce, a pesar de los obstáculos presentados por el clima y la política, representan un paso adelante hacia la recuperación económica de Bolivia. Al fomentar la exportación y la inversión, Bolivia no solo busca mejorar su posición económica actual sino también asegurar un futuro más estable y próspero. La colaboración entre el gobierno y el sector privado será crucial para alcanzar estos objetivos y superar los desafíos que han frenado el crecimiento económico del país.