En el complejo panorama de la seguridad en América Latina, la situación en Ecuador y Perú resalta por la creciente ola de violencia y crimen organizado. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha categorizado la situación de su país como "un conflicto armado interno". Paralelamente, en Perú se ha observado un preocupante aumento en la actividad de bandas criminales ecuatorianas desde 2020. Este fenómeno se ha manifestado en una serie de operaciones delictivas que han desestabilizado la seguridad y tranquilidad ciudadana, enfrentando en su expansión a grupos criminales de diversas nacionalidades ya asentados en el país.

Se identifican al menos cuatro bandas ecuatorianas con una influencia significativa en Perú, involucradas en una variedad de delitos graves como homicidios, préstamos informales conocidos como "gota a gota", extorsión, narcotráfico y trata de personas. Entre septiembre de 2023 y 15 de enero de este año, se han registrado 700 denuncias asociadas a estas actividades en el Sistema Nacional de Denuncias Policiales de Perú.

Esta banda se ha hecho notar por su implicación en el cobro de cupos en el norte de Lima. Se distinguen por tatuajes de tigre entre sus miembros y han sido señalados por estar involucrados en la trata de mujeres ecuatorianas hacia Perú. “Los Tiguerones” mantienen una rivalidad con la banda venezolana “El Tren de Aragua”.

Vinculada al Cártel de Sinaloa, esta banda se enfoca en el narcotráfico a gran escala, resaltando la interconexión criminal transnacional que afecta a la región.

Asociados al Cártel Jalisco Nueva Generación de México, “Los Lobos” también están inmersos en el tráfico de drogas, subrayando la compleja red de alianzas entre grupos criminales en Latinoamérica.

La sociedad peruana ha experimentado un aumento en la recepción de mensajes extorsivos provenientes de números ecuatorianos, asociados a los préstamos “gota a gota”. Ciudadanos reportan ser acosados para realizar pagos sobre préstamos que, en algunos casos, nunca solicitaron. Este modelo de préstamo, que se originó en Colombia y fue importado a Ecuador en 2008, se ha convertido en una herramienta común para la extorsión en la región.

Las instituciones peruanas han respondido a esta amenaza con la captura y encarcelamiento de miembros de estas bandas. A la fecha, en las cárceles del Perú, se encuentran 4300 presos extranjeros, de los cuales 162 son ecuatorianos y, específicamente, 15 pertenecen a “Los Tiguerones”. Además, se ha documentado que comerciantes peruanos han sido obligados a pagar hasta 5 soles al día como parte de esquemas de extorsión llevados a cabo por bandas ecuatorianas.

Este panorama refleja no solo la complejidad y el alcance transnacional del crimen organizado en América Latina, sino también la urgente necesidad de una respuesta coordinada y efectiva a nivel regional para enfrentar esta amenaza que trasciende fronteras y afecta directamente la estabilidad y seguridad de las sociedades involucradas.