En un giro significativo de eventos, Ecuador ha sido testigo de una drástica disminución en su tasa de violencia diaria, pasando de una alarmante cifra de 28 muertes a tan solo seis. Este cambio notorio es atribuido a las recientes y decisivas acciones implementadas por el Gobierno de Daniel Noboa, bajo la vigilancia del viceministro de Gobierno, Esteban Torres. 

La semana pasada, el país experimentó una serie de eventos violentos, incluyendo secuestros, homicidios, y motines en prisiones, culminando en una crisis de seguridad que resonó a nivel nacional e internacional. Esta serie de eventos desató una respuesta sin precedentes del gobierno de Noboa, caracterizada por un enfoque de "mano dura" y la implementación de un estado de excepción, acompañado de un toque de queda nocturno.

La situación de seguridad en Ecuador se había deteriorado a tal punto que el país se ubicó entre los más violentos del mundo, con una tasa de homicidios que escaló hasta aproximadamente 45 por cada 100.000 habitantes en 2023, la más alta registrada hasta la fecha. Este panorama alarmante llevó al gobierno a tomar medidas extraordinarias, incluyendo la declaración de guerra interna a las bandas de crimen organizado, ahora consideradas como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales.

Estas medidas han permitido una reducción significativa en el número de muertes violentas diarias, como destacó Torres en su declaración en la red social X. "En cuestión de 40 días se ha logrado más que en dos gobiernos previos, que no supieron hacer nada y descuartizaron al Ecuador", expresó, enfatizando la efectividad de las estrategias recientemente implementadas.

El enfoque del gobierno no solo ha sido represivo sino también estratégico, involucrando a las Fuerzas Armadas en la seguridad del país y tomando control de las prisiones, muchas de las cuales estaban dominadas por bandas del crimen organizado. Este esfuerzo conjunto ha permitido la liberación de 200 rehenes y la detención de trece encapuchados armados, responsables de tomar un canal de televisión.

A pesar de estos logros, el viceministro Torres hizo un llamado a la precaución y a la unidad nacional, indicando que no es momento de celebrar sino de reconocer que el país está en el camino correcto y no debe desmayar en sus esfuerzos. "Lejos de celebrarlo, que nos sirva para ratificar que vamos por el camino correcto y no debemos desmayar. Sigamos unidos como país, que venceremos", concluyó.

Este cambio en la dinámica de seguridad en Ecuador representa un rayo de esperanza en medio de la adversidad, demostrando el impacto significativo que pueden tener las políticas de seguridad bien orientadas y ejecutadas con determinación. Con esta disminución notable en la tasa de violencia diaria, el Gobierno de Ecuador establece un precedente y envía un mensaje claro: el compromiso y la acción decisiva pueden marcar la diferencia en la lucha contra la violencia y el crimen organizado.