En un escenario alarmante, la provincia de Chubut en la Patagonia argentina enfrenta una devastadora situación: aproximadamente 6,000 hectáreas de bosques nativos, arbustos y pastizales han sido consumidas por un incendio incontrolable. Este desastre natural, que se agrava por condiciones climáticas adversas, resalta la urgencia de acciones coordinadas para la protección del medio ambiente y la biodiversidad.

El Parque Nacional Los Alerces, reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO, ha sufrido severamente desde el 25 de enero debido a este incendio, presuntamente provocado de manera intencional. La combinación de fuertes vientos y altas temperaturas ha dificultado enormemente las labores de control del fuego. Además, la proximidad del fuego a la ciudad de Esquel, con una población de 35,000 habitantes, ha generado una situación de alarma y ha llevado a la evacuación preventiva de familias en áreas rurales cercanas.

Los esfuerzos de los brigadistas, que incluyen a 400 efectivos y el uso de tecnología avanzada como aviones hidrantes, helicópteros y drones, enfrentan obstáculos significativos debido al clima. Con una humedad relativa del ambiente del 30% y sin pronósticos de lluvias significativas en el horizonte, las condiciones son propicias para la propagación del fuego. Los vientos fuertes y las altas temperaturas son otros factores que complican la situación.

Paralelamente, un segundo incendio ha surgido en el Parque Nacional Nahuel Huapi, ubicado en la provincia vecina de Río Negro. Este parque, una de las primeras reservas naturales argentinas y de difícil acceso, se encuentra cerca de la conocida villa turística San Carlos de Bariloche. El fuego en esta región afecta principalmente la zona del Brazo Tristeza, accesible únicamente por embarcación. Como medida preventiva, se han cerrado varios circuitos turísticos, incluidos los populares cerros Llao-Llao y Tronador de Bariloche, así como refugios de montaña. La baja visibilidad debido al humo ha llevado a las autoridades a emitir recomendaciones especiales para la circulación en caminos y rutas del área.

Estos incendios no solo representan una pérdida inmensa en términos de biodiversidad y recursos naturales, sino que también ponen en riesgo la seguridad de las comunidades cercanas y el turismo, una fuente vital de ingresos para la región. La presunta causa humana detrás de estos incendios subraya la necesidad de una mayor conciencia y educación sobre el manejo del fuego y el respeto por los entornos naturales.

los incendios en Chubut y Río Negro son un llamado de atención sobre la importancia de la conservación ambiental y la gestión de riesgos de desastres naturales. Las autoridades, junto con la comunidad y los expertos en manejo del fuego, deben trabajar juntos para mitigar el impacto actual y prevenir futuros desastres de esta magnitud.