En el corazón de una de las historias más oscuras y olvidadas de la historia estadounidense, yace el trágico relato de la Nación India Osage, una comunidad sumida en un "Reinado del Terror" que desgarró su existencia en la década de 1920. Este es el escenario de 'Los Asesinos de la Luna', la última obra maestra cinematográfica de Martin Scorsese, inspirada en el libro homónimo de David Grann. Pero, ¿qué tan fiel es esta narrativa a los eventos históricos? Desentrañemos la historia real que inspiró esta conmovedora película.

A principios del siglo XX, la Nación Osage de Oklahoma se encontró en una posición envidiable y, a la vez, precaria. Sobre sus tierras yacían vastas reservas de petróleo que, una vez descubiertas, transformaron a los miembros de la comunidad en algunas de las personas más ricas del mundo durante esa era. Viviendo en lujosas mansiones y disfrutando de los frutos de su tierra, los Osage parecían tenerlo todo. Sin embargo, esta prosperidad atrajo miradas codiciosas y desencadenó una serie de eventos macabros que marcarían para siempre a esta comunidad.

El gobierno de Oklahoma, subestimando la capacidad de los Osage para administrar su riqueza, impuso un sistema de tutelas que permitía a los ciudadanos blancos controlar las finanzas de los Osage, alegando proteger sus intereses. Este paternalismo racista abrió la puerta a una de las conspiraciones más nefastas y sanguinarias de la historia estadounidense.

Todo comenzó en 1910, cuando Mollie Burkhart, una mujer Osage, presenció el brutal asesinato de su familia, incluidas su hermana Anna Brown y su madre Lizzie Q. Kyle. Lo que siguió fue una ola de violencia que se cobró la vida de más de 70 miembros de la Nación Osage, en circunstancias misteriosas y espeluznantes. Los asesinatos no eran aleatorios; tenían un propósito claro: apoderarse de la riqueza petrolera de los Osage por cualquier medio necesario, incluso el matrimonio seguido de asesinato para reclamar herencias.

Este período de terror no solo sacudió los cimientos de la comunidad Osage sino que también puso a prueba a la recién formada Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Bajo la dirección de J. Edgar Hoover, la investigación de estos crímenes se convirtió en uno de los primeros casos importantes del FBI. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la corrupción, la codicia y el racismo entorpecieron la búsqueda de justicia.

La historia de los asesinatos de Osage, documentada meticulosamente por David Grann, revela no solo la extensión de los crímenes sino también la complicidad y el silencio cómplice de aquellos en posiciones de poder, desde las autoridades locales hasta Washington, DC. La novela y, por extensión, la película de Scorsese, no solo buscan contar la historia de un crimen sino también exponer las profundas raíces del racismo y la avaricia que permitieron que tales atrocidades ocurrieran.

La importancia de 'Los Asesinos de la Luna' trasciende el entretenimiento; es un recordatorio sombrío de un capítulo oscuro en la historia de Estados Unidos, uno que merece ser recordado y reflexionado. Al adentrarnos en esta narrativa, no solo honramos la memoria de aquellos que sufrieron sino que también fomentamos una comprensión más profunda de las complejidades de la justicia, la moralidad y la humanidad.

la verdadera historia detrás de 'Los Asesinos de la Luna' es un testimonio desgarrador de la lucha por la justicia y la supervivencia en medio de la codicia desenfrenada y el racismo sistémico. Al desvelar las capas de esta narrativa, Scorsese nos invita no solo a ser espectadores sino también a reflexionar sobre las lecciones del pasado y su resonancia en el presente.