Colombia enfrenta una situación crítica debido a una oleada de incendios forestales, un fenómeno exacerbado por el intenso calor y la escasez de lluvias asociadas al fenómeno de El Niño. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, informó que, actualmente, hay 17 incendios activos en el país, tras haber controlado 14. Enero ha sido un mes particularmente desafiante, con 322 incendios ya extinguidos que han devastado miles de hectáreas de bosques y páramos.

Los incendios activos se distribuyen en varios departamentos colombianos: Cundinamarca y Huila (5 incendios cada uno), Boyacá y Magdalena (2 incendios cada uno), Norte de Santander, Valle del Cauca (1 incendio cada uno), y Bogotá. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), en colaboración con el Ejército, la Fuerza Aeroespacial y la Policía, despliega más de 170 máquinas extintoras y decenas de helicópteros. A pesar de estos esfuerzos, los daños son significativos, y se observan grandes extensiones de terreno calcinado y comunidades esforzándose en las labores de extinción.

El cerro El Cable, en Bogotá, es escenario de uno de los incendios más difíciles de controlar. Más de mil personas, incluyendo bomberos, Defensa Civil, Ejército, Policía y Fuerza Aeroespacial, trabajan arduamente para contener el fuego. La directora del Cuerpo de Bomberos de Bogotá, Paula Ximena Henao, destacó la implementación de estrategias de defensa y ataque directo para combatir este incendio.

Aproximadamente 40 parques naturales, senderos ecológicos y miradores en Bogotá han cerrado debido a la contaminación del aire causada por los incendios. La alcaldía ha emitido una alerta por la calidad del aire, instando a los ciudadanos a evitar actividades al aire libre y a utilizar mascarillas. Los incendios han consumido 17.192 hectáreas en Colombia en los últimos tres meses, afectando severamente bosques, cosechas y ecosistemas montañosos.

En respuesta a la crisis, Colombia ha recibido apoyo internacional, específicamente de Perú, que ha enviado el sistema Guardian Caylym. Este sistema incluye 220 contenedores A22 con capacidad de 1.000 litros de agua cada uno, destinados a ser lanzados desde aeronaves militares. Estos contenedores, mayormente biodegradables y reciclables, son una herramienta vital en los esfuerzos de extinción de los incendios.

El presidente Gustavo Petro ha expresado su preocupación por la posibilidad de que los incendios se extiendan a la región amazónica y al Pacífico en febrero. Petro ha indicado que se están activando protocolos internacionales para aumentar las capacidades de respuesta, incluyendo la adquisición de equipos y aviones especializados. El mandatario ha decretado un "desastre natural" y ha solicitado asistencia a los países miembros de las Naciones Unidas.

La situación de los incendios en Colombia destaca la vulnerabilidad del país ante fenómenos climáticos extremos y la necesidad de una respuesta coordinada a nivel nacional e internacional. La colaboración entre distintos cuerpos de emergencia y la ayuda internacional son cruciales para mitigar los efectos de estos desastres y proteger los valiosos ecosistemas del país.