La temporada de incendios forestales en Guatemala ha consumido ya más de mil hectáreas, con múltiples focos activos en zonas críticas como el volcán de Agua y otros departamentos. La situación demanda una respuesta coordinada y el apoyo internacional para su control y extinción. Las autoridades y cuerpos de socorro enfrentan dificultades debido al terreno y las condiciones climáticas, mientras se solicita ayuda internacional para fortalecer las capacidades de respuesta.

Desde el 1 de diciembre de 2023, Guatemala ha sido testigo de una intensa temporada de incendios forestales que ha puesto en jaque a las autoridades y cuerpos de socorro del país. Hasta el momento, se han reportado 27 incendios activos que han devastado al menos 1,293 hectáreas de bosque, afectando gravemente la biodiversidad y el medio ambiente en regiones clave como Sacatepéquez, Totonicapán, Quetzaltenango y Huehuetenango.

La batalla contra las llamas se ha visto complicada por múltiples factores. El difícil acceso a las zonas afectadas, especialmente en montañas y cerros, sumado a los fuertes vientos, ha hecho que las labores de sofocación y control sean extremadamente desafiantes. Los equipos de respuesta trabajan con herramientas básicas como palas, piochas y machetes, en un esfuerzo artesanal por contener el avance del fuego.

Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), de los 27 incendios reportados, 14 se encuentran controlados entre un 50% y 90%, pero aún pendientes de liquidación completa. El incendio en el volcán de Agua, por ejemplo, se encuentra controlado en un 60%, con esfuerzos continuos para extinguirlo en su totalidad. La vicepresidenta en funciones, Karin Herrera, ha solicitado apoyo internacional, incluyendo aeronaves de Honduras y equipo de protección de Estados Unidos, para reforzar las capacidades de combate contra estos desastres.

La Conred destaca que el 90% de estos incendios son provocados, resaltando la importancia de la prevención y la educación en la gestión de riesgos de desastres. La entidad promueve la integración y colaboración entre diversas instituciones y sectores para una respuesta más efectiva. Asimismo, se hace un llamado a la población para que, ante el conocimiento de un incendio forestal, se abstengan de intervenir sin la formación o el equipo adecuado y reporten de inmediato a las autoridades.

La situación de los incendios forestales en Guatemala es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las comunidades y las autoridades en la gestión de desastres naturales. La cooperación entre el gobierno, la sociedad civil y la comunidad internacional es fundamental para mitigar el impacto de estos eventos y proteger los valiosos ecosistemas del país. A medida que las temperaturas continúan aumentando, se anticipa que los próximos meses podrían traer más desafíos, subrayando la necesidad de estar preparados y responder de manera coordinada y eficaz.